A 80 años de las Garantías Sociales
Fue en junio de 1943 cuando el Congreso de la República aprobó la Ley de las Garantías Sociales, confirmando un pacto social que involucró el consentimiento de diferentes líderes políticos y que contó con el respaldo de la Iglesia Católica. Dicho pacto social ha sido clave en la conformación de la vida democrática de nuestro país.
A 80 años de las Garantías Sociales, hoy más que nunca, es necesario volver la mirada a esos ideales fundantes de una sociedad que buscaba ser más justa, que albergaba un auténtico espíritu de bien común y desarrollo integral, que gestó el camino de una vida digna para todos y que ponía en el centro la dignidad de la persona humana.
Lamentablemente, con el paso de los años, muchas corrientes han querido desvirtuar las bases que tan sólidamente conformaron nuestro ideal de nación. Aún sigue pasando. Y, de la mano con peligrosas ideologías también la técnica y el desarrollo tecnológico ponen de frente un horizonte lleno de retos para ese derecho fundamental que es el trabajo.
Cuando se han discutido y se siguen discutiendo reformas a sólidas leyes alrededor de los derechos laborales, debe tenerse presente a la persona humana y, además, saber que en Costa Rica los derechos y obligaciones de patronos y trabajadores descansan sobre los principios cristianos de justicia social.
Cualquier adaptación a los tiempos modernos y a las condiciones actuales deben mantener los principios de igualdad y de justicia. Deben procurar una vida mejor para los trabajadores y sus familias.
De igual modo, la atención en salud, por la cual nos hemos llenado de orgullo por tantos años, debe fortalecerse; la Caja Costarricense de Seguro Social, como institución insigne de nuestro país, no puede ser utilizada como moneda de cambio político o como campo de batalla para fines politiqueros. Es responsabilidad de todos, en especial de quienes nos gobiernan, defender y cuidar este patrimonio social que representa esta entidad.
Hemos hablado en otros momentos de la necesidad de fortalecer, renovar o consolidar un pacto social para nuestra sociedad. No dejemos que el tiempo pase, no olvidemos nuestras raíces, no dejemos que intereses particulares se posicionen por encima del interés mayor de un país que quiere y merece vivir en paz, en un clima de justicia social y en búsqueda de los más altos ideales que defiendan la dignidad de la persona humana.
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