Aplicaciones para citas parecen estar perdiendo seguidores en todo el mundo
A pesar de que siguen siendo muy populares, las aplicaciones para citas parecen estar perdiendo seguidores en todo el mundo.
La manera en que socializamos ha cambiado en los últimos años y ahora muchas personas prefieren socializar conociendo de antemano las características de la otra persona y dejando claro qué busca en una posible pareja.
Esta nueva forma de “ligar” creció montones durante la pandemia, ya que, al no poder la misma libertad de movimiento, recurrimos a las aplicaciones para conocer gente, tener citas y para socializar en general.
Sin embargo, como indicamos, para algunas personas, el uso de aplicaciones está pasando, volviendo a la vieja práctica de conocer personas en lugares físicos, como bares o discotecas, o a través de amigos.
La razón que dan estas personas es que conocer gente por medio de aplicaciones no garantiza en nada que la persona con la que hicimos “match” sea realmente como dice ser, además que los encuentros son más impersonales y hasta más riesgosos que las conexiones que hacemos en la vida real, por decirlo de alguna manera.
Adicional a esto, los exusuarios de aplicaciones para citas afirman que al haber dejado de buscar parejas virtualmente sienten menos presión, ya que consideran que el uso de estas plataformas no es tan saludable a nivel emocional.
Es más, hay quienes dicen que sufren de fatiga emocional al usar aplicaciones y que desarrollaron cuadros de ansiedad y depresión por causa de las mismas.
La tendencia que se está viendo en muchos casos es dejar la presión de tener en el teléfono una ventana para que te analicen como posible prospecto sentimental y más bien dejar que las cosas fluyan de la forma natural y orgánica como probablemente lo hicieron nuestros padres y nuestros abuelos.
Lo que parece ser también lo más sano a nivel emocional. No estar buscando nada, sino que dejando que las cosas pasen y ya.
Pues como todo, creo yo, a algunos les puede servir tener citas por medio de aplicaciones y otros puede que prefieran encuentros casuales y digamoslo así, naturales.
Y tampoco es que una forma excluya a la otra.
Pues tampoco.
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