Aprendamos a tomar decisiones
Tal vez nos espere el cambio de tomar decisiones, ese camino repudiado en general por el costarricense. Quizá su origen histórico se eleva a la Independencia de 1821. Recordemos aquella frase políticamente popularizada: esperar a que aclaren “los nublados del día”.
El Acta vino de Guatemala y aquí se conoció en octubre de ese año, tal vez dominado por las lluvias del nuboso Cartago. De ahí, puede ser que emergiera esa expresión-metáfora, usada hasta nuestros días. Es de pensar la influencia del clima en aquellos hombres del nacimiento de nuestra Independencia. Tres años después, en julio de 1824, Nicoya fue más firme, pues declaró : “De la patria por nuestra voluntad”.
Demos un salto histórico válido: el clima espiritual sobrevenido a Europa con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, que terminó en 1945. Pero antes conozcamos algo de nuestro país: Hay al menos cinco obstáculos que tienden a impedir la mejora personal y social: poder, vanidad, dinero, bienes, sensualidad…hoy, el filósofo y teólogo Romano Guardini profesor de la Universidad de Colonia en Alemania, denomina así esos obstáculos de aquella postración espiritual y, en cierto modo, guía de la sociedad contemporánea: “Avidez de posesión y de mando”. Contribuyeron a disminuir aquella postración espiritual dos actores más: Conrad Adenauer y los millones de dólares del plan Marshall de Estados Unidos. Adenauer era presidente de Alemania y popularizó su lema: “Los unos con los otros y los unos para los otros.
Hoy, si nuestro país ha caído en cierta postración espiritual, es el momento de cimentar nuestra convivencia en la solidaridad, la comprensión, la justicia y la paz.
Una vez superados los mencionados obstáculos, será más fácil tomar decisiones para alcanzar una superlativa conciencia ciudadana capaz de crear una nueva mentalidad y una mayor inventiva creadora parecida al Milagro Alemán.
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