Atolillo con el dedo a los costarricenses
El tema de la separación de poderes en un país es una idea que se da con el fin de que no se concentre el poder en manos de una sola persona o grupo. Esta idea surge de la Revolución Francesa para evitar que se repitan las situaciones lamentables que dieron pie a un conflicto sangriento, donde el pueblo francés se vio sumido en una guerra civil por los abusos de la realeza francesa del siglo XVIII.
Venezuela está sumida en un caos sin precedentes. No ha habido en la historia moderna de América Latina, aparte de Cuba, un desastre tan grande en un país, porque ni siquiera Haití o Nicaragua han llegado a los niveles tan crueles y de terror como los vividos por el pueblo venezolano. Por ende, la decisión de varios países de denunciar al régimen de Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional es un acto de valentía que merece ser aplaudido porque demuestra que estos países son naciones civilizadas que toman en cuenta y protegen los derechos humanos.
Ahora bien, es de suma preocupación que el gobierno del señor Presidente Carlos Alvarado haya anunciado que apoyaría la iniciativa de denunciar penalmente ante la Corte Penal Internacional de Justicia al régimen de Nicolás Maduro y que todavía no haya hecho efectiva su promesa.
No se trata ya de viajes de cónyuges de miembros del gabinete, que van a pasear en apariencia con algún beneficio de fondos públicos; así como, aparentes irregularidades o favoritismos en los nombramientos de ciertos miembros en puestos estratégicos en el Ministerio de Relaciones E xteriores y Culto, o las negativas de parte del gobierno, de revelar cuál pudo haber sido el supuesto beneficio que podría haber obtenido el cónyuge de uno de los miembros de gabinete durante los viajes de visitas oficiales realizadas por ese miembro del Poder Ejecutivo, aquí lo importante es que aparentemente se nos dio a la ciudadanía atolillo con el dedo al no cumplir con el decir de que el Gobierno se sumaría a la denuncia contra al régimen de Nicolas Maduro ante la Corte Penal Internacional.
Deben tener muy claro las personas responsables de concretar esta denuncia que, independientemente de si en lo personal sus ideologías o convicciones son similares a las Nicolás Maduro o sujetos afines, el Poder Ejecutivo no es solo para los simpatizantes de su ideología sino que lo es de todo el pueblo. No es posible que el país sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos no cumpla con su promesa de denunciar a un déspota como lo es Nicolás Maduro.
En el gobierno del bicentenario no solo se vale prometer que algo se va a hacer, si realmente no existe la intención de hacerse, en especial cuando se trata de la protección de derechos humanos.
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