Campanazo para la Supervisión del Sistema Financiero

Han ocurrido eventos recientes que ponen en duda, en entredicho, la oportunidad y los indicadores de alerta temprana que están siguiendo los reguladores del sistema financiero.

El cuestionamiento es tanto para la intermediación financiera, responsabilidad de la superintendencia de entidades financieras, SUGEF,  entendida como la captación habitual de ahorro del público para colocarlos por cuenta y riesgo del intermediario en crédito o inversiones, como para la intermediación bursátil, responsabilidades de la superintendencia de valores, SUGEVAL; de pensiones, SUPEN; de seguros, SUGESE, entendida como la administración de recursos del público para colocarlos por cuenta y riesgo de éste en distintas opciones de inversión.

Los casos recientes más sonados, son ALDESA, ejemplo de intermediación bursátil, como el de COOPESERVIDORES, ejemplo de intermediación financiera.

En ambos, a pesar de tener indicios evidentes que ponían en riesgo la estabilidad del intermediario, así como los ahorros del público, la toma de decisiones para intervenir los intermediarios, tanto por parte de las superintendencias como del Consejo Nacional de Supervisión Financiera, CONASSIF, llegaron demasiado tarde.

Lo anterior es una fuerte campanada al ente rector del sistema financiero, el Banco Central, al CONASSIF y a las superintendencias para que revisen sus distintas métricas e indicadores de alerta temprana, cuantitativos y cualitativos; porque si de algo hay evidencia es la cantidad de reportería que se tiene que presentar a las superintendencias, para que al final nadie lea esos reportes con un gran costo para todo el sistema y sin anticipar e evitar estas tragedias o catástrofes nacionales.

Hoy está de moda intentos por evitar los controles a priori, pero los casos recientes mencionados que han generado millones de dólares de pérdidas para cientos de miles de inversionistas, hacen evidente la necesidad de existencia de los mismos y que cuando estos están ausentes o no funcionan con la celeridad del caso, no solo sufren las personas indicadas, sino el sistema financiero en general y eventualmente, el país.

Lo que realmente preocupa es que reiteradamente se viene alertando de esta situación y pareciera que al Banco Central, CONASSIF y Superintendencias, así como a la Asamblea Legislativa y al poder Ejecutivo, no les importa el tema, aunque los hechos demuestran que existe incumplimiento de deberes que han expuesto los recursos del público a pérdidas millonarias y por tanto, a posibles demandas contra el Estado por parte de los inversionistas afectados.

De igual forma, algunos intermediarios habían manifestado su oposición a someterse al reglamento de idoneidad aprobado por el CONASSIF y recientemente un fallo judicial, le da la razón a dicha entidad, por lo que ya no hay pretexto para no someterse al cumplimiento de estos requisitos, los cuales por cierto en algunas entidades se están violando y los entes reguladores,  y el poder Ejecutivo se están haciendo de la vista gorda, lo cual debe señalarse y exigirse su actuación inmediata.

Paralelamente el Ministerio Público ha estado involucrado en ambos casos, ALDESA y COOPESERVIDORES. En el primero las quejas de lenta actuación son constantes y ni siquiera se ha logrado llevar a los responsables a juicio. En el segundo apenas se está en el proceso de conformación del caso.

En conclusión, tanto en la supervisión e inspección como en materia de delitos penales, los ahorrantes y la comunidad en general, claman por justicia pronta y cumplida, pues en caso de seguir con la lentitud y falta de actuación observada, la institucionalidad habrá sucumbido y se abrirán las puertas para tomar acciones propias de los ofendidos para exigir justicia por sus propias manos.

Evidentemente en pleno siglo XXI, jamás se va a permitir que esto pase, pero señores jueces y autoridades de supervisión del sistema financiero, Banco Central, Poder Legislativo y Poder Ejecutivo, ya basta, es ahora que asuman su responsabilidad, se despierten y actúen, es el clamor de la ciudadanía, he dicho.