Clima político actual

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Un sector importante de la población que enfrenta y vive afectado por la pobreza y el desempleo, se ha venido sumando al desencanto y la decepción del sistema democrático de manera clara y rotunda. Ellos señalan a los partidos de oposición como responsables de sus desgracias.

Hemos visto cómo en las últimas elecciones un candidato representó a los valores del anti “stato quo”. Por supuesto que el triunfador fue quien adversaba los valores y la simbología del “establishment”. Ganó el anti establishment.

 La gente más sencilla, más pobre, más sacrificada no desea la situación de cosas que los ha llevado donde se encuentran. La estrategia contra lo establecido, contra la política tradicional, contra las personas que personifican y hablan como los políticos de siempre es descartada ad portas, sin más, sin especiales consideraciones sobre el fondo, la veracidad o validez de sus posiciones. Los nostálgicos del pasado están siendo derrotados de manera clara y rotunda.

Los medios tradicionales al atacar con violencia y de manera continua a las figuras políticas actuales no hacen más que fortalecerlas ya que muchos de esos medios representan lo establecido. No es cuestión de si llevan o no razón. No es cuestión de argumentos. No es cuestión de aciertos, es asunto de ser los continuadores de lo tradicional y de la política que ha colocado aparentemente a todas estas personas en situación de necesidad y de dolor. El revanchismo tradicional y las escaramuzas legislativas y periodísticas no llegan a debilitar a los atacados sino a fortalecerlos.

Costarricenses desempleados, personas en miseria, en pobreza, con educación inadecuada, viviendo en casas de extrema pobreza, sufriendo falta de sustento, hambre, necesidad, enfermedad sin cobertura de la CCSS quieren líderes que vayan a combatir estas situaciones dolorosas y reprochables.

Efectiva ha sido la estrategia de quienes han atacado el símbolo viviente de la continuidad en el ejercicio del poder de los grupos que nos han gobernado. A ese fenómeno se enfrentan los políticos del país para bien o para mal.

Los partidos tradicionales reviven y recrean instrumentos, ideologías y herramientas caídas en la obsolescencia para enfrentar la ola de escepticismo y rechazo de los electores. Los costarricenses hoy eligen personas, no partidos, escogen figuras no ideologías ni ejecutoria pasada.

Así las cosas, quienes dirigen los partidos deberían de repensar las cosas y enfilarse hacia estrategias y tácticas que les permitan hacer llegar su mensaje y no lo están haciendo. Esto es cuestión de estrategia integral de comunicación y de dejar el pasado donde corresponde enfocándose en los problemas y soluciones del presente.

Vivimos otro escenario, vivimos tiempos diferentes y deberían así entenderlo los políticos de oposición.

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