Costa Rica la casa de todos
Agradable, refrescante, relajante y vigorizante, dar un paseo matutino por el sendero de un parque, respirar aire fresco, disfrutar de la brisa que acaricia el rostro y mece las ramas de los árboles; el denso y verde follaje permite el paso de los rayos del sol, que sobre el césped dibuja monedas doradas que se mueven al vaivén de las hojas.
Quizás hoy aún es posible disfrutar de una aventura como la anterior, sin embargo, ¿Las futuras generaciones tendrán esa oportunidad? Desolador, lamentable, triste y vergonzoso, ver algunos conductores de autos lanzar desechos por la ventana, de igual forma muchos pasajeros de autobuses y algunas familias dejan en parques la basura expuesta.
Costa Rica la casa de todos está contaminada, sucia y colapsada, por la desidia, falta de educación, falta de sentido de pertenencia y la irresponsabilidad, que desemboca en ríos contaminados y como el más contaminado de Centro América el río Tárcoles, bosques talados, quemas indiscriminadas, basura por doquier y falta de planificación.
Costa Rica la casa de todos está urgida de un golpe de timón, sí, un cambio de dirección radical, que grave en la conciencia de cada costarricense el sentido de pertenencia, aquel amor cívico por la Patria que, poco a poco, se ha venido perdiendo por “el a mí no me toca”, por la irresponsabilidad y porque no decirlo; hábitos personales que rayan en la cochinada.
Costa Rica la casa de todos necesita hogares funcionales que eduquen a sus descendientes en conservación ambiental, valores, respeto a la vida y amor a la Patria, de igual manera todos los centros educativos, deben brindar a la niñez y a la juventud ese refuerzo fundamental en valores cívicos y las herramientas educativas modernas para que puedan vivir dignamente.
El calentamiento global influye cada vez más en el clima y la temperatura de la Tierra, debido a la quema de combustibles fósiles, la tala de bosques, la cría de ganado, la contaminación del ambiente con basura y algunos químicos muchos usados en la agricultura. La auto aniquilación humana está cerca de llegar a un punto de no retorno.
Costa Rica la casa de todos, no escapa a esta dura realidad del cambio climático, no es hora de preocuparnos, más bien es hora de ocuparnos ya en serio, y aportar el tan necesitado y urgente cambio de actitud y aptitud de cada costarricense y las autoridades, para revertir los nefastos daños ocasionados al medio ambiente de nuestro amado país.
No hay que permitir que la huella que se deja al paso sea basura, es un acto de amor al prójimo, responsabilidad y solidaridad, dejar una huella limpia, una huella de esperanza, huellas saludables por las cuales puedan transitar las nuevas generaciones.
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