Costa Rica pasa por uno de los momentos más complejos de su historia
Es evidente que nuestro modelo de desarrollo está haciendo agua, desde hace rato, desnudando brechas sociales, económicas, políticas y ambientales, lo que obligan a repensar y concertar un patriótico e integral diálogo nacional.
De lo contrario, la crispación y la polarización social nos acerca, cada vez más, a la destrucción de espacios de convivencia y tolerancia colectivas, amenazando la vigencia de nuestra institucionalidad democrática y el estado social de derecho y con ello postergando las esperanzas por un nivel creciente de bienestar común.
Desde el Solidarismo hemos insistido que Costa Rica requiere urgentemente de un diálogo y acuerdo social multisectorial inclusivo para construir un conjunto de objetivos y una hoja de ruta definida, que facilite la toma de decisiones de manera viable y realista, pensando primero en los sectores sociales más vulnerables, que siguen llevando la peor parte de la crisis social, económica y humanitaria
Una precondición básica para esto es recuperar la confianza de la ciudadanía, para discutir nuestras diferencias en un marco de respeto mutuo y convergencia democrática. Urge explicar al país la gravedad y alcance de la crisis estructural por la que atraviesa y sentarnos a concertar, para imprimirle un rumbo más promisorio a nuestra sociedad, para asegurar un desarrollo verdaderamente sostenible más próspero, solidario e, inclusivo y con una institucionalidad más funcional, eficiente y eficaz.
En el marco de una agenda nacional de desarrollo concertada es necesario buscar consensos para atender la grave situación fiscal, la reactivación económica y el empleo. Se requiere una redistribución equilibrada y progresiva de las cargas entre grupos y sectores Debe quedar claro que será una distribución de sacrificios, Lo que hemos hecho nos alcanza solo para que el país no se haya hundido.
Ante la invitación a participar por parte del Gobierno en un nuevo intento de diálogo bilateral, el solidarismo, sin ánimo de irrespetar la institucionalidad del gobierno, desistió de participar dejando claro que ya no podíamos seguir, sin marcar la pauta, para un acuerdo nacional con carácter multisectorial. Que, de seguir la inercia de cambios menores de corto plazo y de poco alcance nos llevaría a agravar aún más la crisis.
Como parte de uno de los 10 sectores sociales que componen la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular, el Solidarismo ha acuerpado que esa plataforma facilite ese proceso de diálogo y acuerdo nacional amplio con una metodología definid. Es esencial empatar este esfuerzo con cualquier otro espacio que comparta el interés común de sacar adelante el país.
Ya no nos queda tiempo para seguir con la cultura del egoísmo sectorial, de la descalificación mutua, de la postergación de los temas urgentes o del protagonismo de egos. Lo que está de por medio es el desconocimiento de todos los logros que como sociedad hemos alcanzado.
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