Cuando todo nos parece estar mal
Cuando casi todo está mal en la vida, como una racha de acontecimientos difíciles, lo primero que hacemos es lamentarnos, llorar, o simplemente no se ve salida alguna, y la tentación inmediata es rendirse o quejarse contínuamente.
Sin embargo, este es el momento de empezar a probar las fuerzas internas con la luz del inconsciente, la cual tenemos todos para sanar heridas y renovar formas más maduras para seguir viviendo.
Para el doctor Mario Alonso Puig, en su libro “Tus tres poderes”, enseña que lo primero para cambiar una zona de limitación a una posibilidad mejor, es darle la bienvenida a todos los sentimientos que se estén experimentando. Sean estos tristeza, enojo, amargura, impotencia, rencor o dolor hacia la familia, hijos, pareja, o amigos.
Considera el doctor Alonso que de enfocarse la persona en tratar de reducir la amargura, impotencia o desesperanza, el cerebro agranda esta lucha interna, robando más energía de la cuenta evitándo el éxito en la crisis que se enfrenta en ese momento.
Mejor es hacer todo lo contrario. Una buena metáfora o visualización es imaginar que usted es una casa, y de pronto la visitan un montón de sentimientos, entonces con toda amabilidad los deja pasar, los sienta en la sala y les pregunta en qué puedo servirles.
Concentrándose con tranquilidad y lentamente en los sentimientos más importantes empezarán a dar respuestas inimaginables devolviendo paz interior. Luego con cariño se les da las gracias y se despiden.
Un segundo aspecto a considerar es la acepación de lo que pasa, no como algo negativo o resignación, es dejar el pleito entre lo que pudo ser o será, llevándo el foco en el resultado que se quiere y visualizarlo.
Ser benevolénte consigo mismo dando un paso que por pequeño que sea, siga tu objetivo. Poner el cuerpo recto, mirada al frente, sonreir aunque cueste al principio, porque todo lo positivo genera energía limpia y sanará las heridas.
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