Cultivar esperanza
En los primeros días de un nuevo año, aún se mantienen los mejores deseos de parte de todos, sea para construir metas personales, de la familia o de la comunidad, o en el trabajo… Estos buenos sentimientos se reflejan en esperanza. Ojalá que este nuevo año nos permita a todos cultivar esperanza y alcanzar esas metas.
De frente a las situaciones alarmantes, que nos dicen que en Costa Rica la educación no está bien y que las regiones rurales son las más afectadas; lo mismo que si hablamos de empleo o de pobreza, en medio de todo ello no perdamos nunca la esperanza de salir adelante.
Al respecto, el Papa Francisco, en su Encíclica Fratelli Tutti, numeral 15, nos dice: “La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar”.
Así, cuando vemos que reina la desigualdad, que vemos hermanos que sufren porque no pueden aspirar a una vida digna, debemos provocar entre todos un cambio de actitud, y debemos alentar a que nuestras autoridades políticas puedan trabajar en generar confianza y esperanza.
Ciertamente Costa Rica ha transitado la ruta de la polarización en los últimos años y cada vez de manera más creciente. Ciertamente también muchas veces la desesperanza se apodera cuando no se ve un rumbo definido.
Por años, hemos sido testigos del deterioro de valores que hicieron de nuestro país la nación que todavía hoy, con todo y las dificultades que vivimos, es ejemplo en el mundo. Por eso, repito, entre todos debemos procurar una mejor vida, una mejor nación.
Hay muchos profetas de calamidades que surgen para sacar provecho, sea político o económico. No dejemos que nos roben, diría también el Papa, la esperanza o la alegría.
Vale la pena que pongamos nuestro mejor esfuerzo para salir adelante. Fijémonos las más altas metas para reconstruir la educación que reciben nuestros niños y jóvenes; fijémonos las metas de terminar grandes proyectos de infraestructura que por décadas hemos visto se frustran por la inacción o la falta de voluntad política.
Consolidemos lo bueno que tiene este país. Seamos constructores de paz y de esperanza. En cada lugar donde nos encontremos podemos aportar un grano de arena. Que el inicio del año 2023 nos permita aspirar con una mejor nación costarricense que abrigue esos deseos y esperanzas de todos.
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