Definitivamente, no más impuestos
Para algunos jerarcas, como el Presidente Ejecutivo del Banco Central, la solución más fácil para generar mayores ingresos fiscales es aumentando los impuestos. Recientemente dijo que el IVA debe elevarse por lo menos al 15%, posiblemente siguiendo las instrucciones del Fondo Monetario Internacional en las recomendaciones que nos dan con el préstamo de $508.0 millones. Asimismo el renunciado ex Ministro de Hacienda, Rodrigo el Breve, era de la misma tesis. No se apartan de los libros de texto y de proponer medidas de hacer más de lo mismo, en el país de las mismas ocurrencias. Hoy el Presidente Alvarado y su Ministro de la Presidencia Macelo, el que Aprieta, dicen que no descartan poner más impuestos ante un faltante de ¢900.000 millones en los ingresos.
En la actualidad con una economía totalmente deprimida y destruida con los efectos nocivos de la pandemia del coronavirus, en donde hay cerca de 400.000 trabajadores despedidos y que no están recibiendo salarios, lo que aumenta la tasa de desempleo abierto a casi el 25% de la Fuerza Laboral, y en donde todas las empresas han reducido sus ventas, ingresos, inventarios y sus niveles de producción, al extremo que se proyecta una contracción del Producto Interno Bruto del -3.6%.
Es decir una situación con los ingresos normales por el suelo, la base imponible en una situación precaria y una demanda interna -consumo- deprimida, no es apropiado ni lógico pensar en poner más impuestos de ninguna índole. Más bien, todo lo contrario, durante el periodo de emergencia se debe posponer el pago del IVA tanto para las personas físicas como jurídicas.
Por otro lado, la carga tributaria del país es muy elevada si se toma en cuenta, aparte del efecto de los tributos, las cargas sociales que pesan sobre los trabajadores y las empresas. Dicha carga sobrepasa el 30%.
En la situación actual, el camino de poner más impuestos no es la solución, y tampoco existen muchos grados de libertad para reducir el gasto, más bien hay que revisar la Regla Fiscal y adaptarla a la nueva situación pues ha quedado obsoleta después de 17 meses de su aprobación y poca aplicación.
Tampoco es correcto que el Gobierno siga endeudándose con más préstamos internos externos para obtener más ingresos porque a los niveles a que está llegando la relación Deuda Pública/PIB, cerca del 60%, compromete seriamente a futuro, los gastos presupuestarios para el servicio de la deuda que tienen que incrementarse y estrujar los otros gastos corrientes como remuneraciones y transferencias.
Definitivamente: No más impuestos. No debemos permitirlo.
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