Demanda de profesionales altamente competitivos
Es evidente la necesidad de contar con un ámbito educativo centrado en la formación integral de los estudiantes como líderes y con clara visión emprendedora, mas esto ha quedado muchas veces en el papel o en simple retórica, lo cual puede repercutir significativamente en el ámbito laboral pues, por ejemplo, de acuerdo con los resultados presentados por el Banco Mundial sobre el estudio Mejores empleos para Costa Rica, casi la mitad de la fuerza laboral costarricense carece de competencias básicas para acceder a empleos de alta productividad debido a que las políticas educativas permiten que un número considerable de estudiantes reciba una educación de baja calidad.
De ahí la necesidad de que se haga necesario la puntualidad, la determinación y seriedad en los compromisos tomados y la urgencia requerida para lograr alcanzar una educación de calidad.
Sencillamente no basta un título, no es suficiente haber logrado graduarse de la universidad, ya que basta observar muchos de los clasificados que aparecen en la prensa escrita para darse cuenta de que en muchas empresas, ante la necesidad de mejorar el rendimiento y lograr el éxito en el actual complejo ambiente laboral, además de la pertinencia de un título, se exigen competencias como el liderazgo, la interrelación personal, la capacidad creativa, el trabajo autónomo, el interés por actualizarse, el espíritu emprendedor, la capacidad de análisis, la toma de decisiones, la resolución de conflictos, la negociación y destrezas tanto en la comunicación oral como escrita.
Pese a eso, la situación no se presenta de manera muy sencilla ya que, según los resultados del Estudio Global de Capital Humano realizado por la empresa consultora IBM a más de 400 ejecutivos de recursos humanos en el mundo, el ritmo de la globalización no necesariamente está junto a la capacidad para formar líderes quienes hagan posible el crecimiento de las empresas, por ello la generación de competencias para futuros líderes debe ser una tarea común adelantada por el sector educativo y empresarial en donde las instituciones de educación reconozcan que los ambientes de aprendizaje deben parecerse más al mundo productivo al fortalecer los conocimientos de los estudiantes y brindarles las competencias necesarias para obtener buenos resultados en el ámbito laboral.
En definitiva, actualmente el entorno social está caracterizado por un mercado turbulento, donde los esquemas de competitividad han cambiado la manera de pensar y actuar. Por lo tanto, estos procesos de dinámica global exigen la demanda de profesionales altamente competitivos, interdisciplinarios, creativos, emprendedores, motivados, con un gran sentido de criticidad, iniciativa e inteligencia emocional y con una marcada capacidad para adaptarse a las variaciones constantes del entorno laboral. ¡Una tarea que hay que tomarse muy en serio!
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