Desencanto nacional repercute en la democracia

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Desencanto nacional repercute en la democracia
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La crisis que experimenta la gran mayoría de los costarricenses, abarca aristas sensibles, por enumerar algunas, citaré inseguridad ciudadana, narcotráfico, infraestructura vial, alto costo de vida, pésima educación, desempleo, corrupción, burocracia inoperante, pérdida de valores, déficit fiscal entre otras.

Crisis…, claro que existe una profunda crisis nacional, crisis que se ha orquestado desde las administraciones de los últimos 30 años a la fecha, crisis que atenta contra las Garantías Sociales, el Estado de Derecho y la Democracia, lo peor es que, la gran mayoría de los políticos que han desfilado y trabajado en el Estado, lo han hecho prácticamente por sus intereses y no por los del pueblo.

El sombrío panorama, provocó en los costarricenses un casi irreversible y justificado desencanto, desconfianza y falta de credibilidad en la efectividad del en los partidos y políticos tradicionales y por ende en el sistema democrático.  Sin embargo, hay que reconocer que, el comportamiento apacible, complaciente y hasta indiferentes de los costarricenses ante generar un cambio, es evidente.

Peter Scoterdijk filósofo contemporáneo alemán, describe como global el fenómeno social, en su obra titulada “Crítica de La Razón Cínica”, publicada en 1983, subraya la cínica razón y el desencanto.  “El cinismo ha penetrado en la conciencia moderna, a partir de la ilustración y el desencanto del mundo.

El desencanto se refiere a la pérdida de las ilusiones y creencias colectivas, que una vez dotaron al mundo de sentido, especialmente con el avance de la modernidad y el racionalismo científico.  El concepto de razón cínica describe la actitud crítica pero a la vez complaciente de la sociedad contemporánea.

La gente ahora consciente de las injusticias, contradicciones y corrupción del sistema, elige continuar participando del sistema de manera cínica sin comprometerse, ni exigir un cambio efectivo. El cinismo abordado, no es el del filósofo Diógenes “que rechazaba las convenciones sociales y vivía de manera austera”.

El cinismo moderno se refiere a una actitud iluminada pero desilusionada; las personas continúan por comodidad, miedo al cambio, falta de alternativas claras, es una especie de estrategia de supervivencia y autoengaño consciente, bajo los argumentos de que, “la vida es así”, y “hay que votar por el mal menor”.

Ese cinismo es la herramienta usada por algunos políticos para permanecer en el statu quo. Max Weber argumenta que, “con el avance del racionalismo científico y el colapso de las cosmovisiones religiosas y metafísicas tradicionales, el mundo había perdido su magia, su misterio y sentido de propósito trascendental”.

En Costa Rica algunos enquistados políticos y otros nuevos, así como parte de la ciudadanía, peligrosamente, se unen, para proclamar el irrespeto a la institucionalidad, a las leyes y hasta la misma Constitución, olvidándose que fueron algunos de ellos, quienes con sus actuaciones provocaron la frustración, cólera, rabia y con ellas la decepción en el sistema democrático en una parte importante del electorado.  

Costarricense no sea cómplice, infórmese, sea crítico y objetivo m ante el actuar de quienes fueron electos en las urnas electorales, la democracia y Costa Rica lo demandan.    

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