Día Internacional de las mujeres: Es Hora de Cambiar

En el Día Internacional de las Mujeres, quiero hablar con mi propia voz, la voz de la minsitra que algunos pretenden silenciar, hoy que resuene a lo largo y ancho de Costa Rica; una voz que ha recogido los ecos de tantas mujeres que en el pasado no se sintieron representadas, que luchan y transforman, que avanzan sin rendirse.

Hoy, hablo desde el corazón, sobre quien recae la responsabilidad de abrir camino, señalar la ruta y navegar en tiempos desafiantes,  posicionando los derechos de todas las mujeres y recordando siempre que las luchas de muchas nos ha traído hasta aquí; pero que también es tiempo de renovar estrategias si queremos impactar directamente desde los territorios, la vida de la mujeres.  

El camino que en estos años hemos recorrido juntas está marcado con valentía y determinación. Las mujeres rurales, las costeras, las policías, las profesionales, las cuidadoras, las madres, las hijas, las tomadoras de decisión, las que guían, las que siguen; ustedes, son el motor de este país y del mundo.

 Sé que hemos avanzado; forjando un nuevo INAMU, uno más cercano y eficiente; pero también sé que podríamos llegar más lejos y más pronto si dejamos nuestras diferencias atrás. Hoy nuestro país nos necesita unidas; trabajando en la única agenda que nos debe mover; la de las mujeres, la de la igualdad.  Mientras nos señalamos, la violencia sigue arrebatando vidas.  La impunidad es el enemigo común que sigue dejando libre a los femicidas. 

 Es hora de cambiar. La violencia no pregunta por ideologías, la desigualdad no distingue credos, el machismo no discrimina entre clases sociales. Nos afecta a todas. Y por eso, juntas tenemos que enfrentarlo. No podemos seguir cayendo en la trampa de la confrontación, separarnos no es una opción.

Nuestra responsabilidad es ineludible. No vamos a callar ni normalizar lo que nos duele. No podemos aceptar que otros decidan por nosotras. Desde cada espacio donde estemos, cada una en su trinchera, debemos alzar la voz y actuar. Porque el cambio no depende solo de quienes ocupamos cargos públicos, sino de cada mujer que no se resigna, de cada madre que educa en igualdad, de cada amiga que sostiene, de cada compañera que no deja a otra caer.

No estamos aquí solo para resistir. Estamos aquí para transformar, para romper ciclos de violencia, para que las mujeres del futuro puedan caminar sin miedo, con dignidad, con respeto y con oportunidades. Para que la igualdad deje de ser un anhelo y se convierta en una realidad tangible.

Esto no es un favor. Es justicia. No estamos aquí para pedir permiso, sino para ejercer lo que nos corresponde. Que nuestra voz resuene, que nuestra presencia transforme, que nuestra acción sea imparable. Desde el INAMU, con la frente en alto, podemos decir que estamos construyendo un país donde todas tengan un lugar, donde ninguna se sienta sola, donde la historia la escribamos juntas.

Es ahora. Es aquí. Es con nosotras y es para todas. Porque nosotras somos la historia en movimiento.