Discriminación inversa en la selección del Defensor de los Habitantes
El pasado día viernes 6 de julio, la Comisión de Nombramientos del Poder Legislativo, escogió la terna para el nombramiento del Defensor de los Habitantes.
Las recomendadas son tres damas que probablemente han sido seleccionadas por sus posibles méritos profesionales y los obtenidos en la función pública, pero eso deberá de verlo con detenimiento y ánimo de perfectibilidad en dicha selección oportunamente el Plenario.
Por lo pronto a quien escribe, como a otros sectores políticos y sociales, vigilantes todos del desenvolvimiento de las jerarquías públicas, nos ha preocupado enormemente el desequilibrio patente de la recomendación vertida por esa Comisión de Nombramientos. Preocupa doblemente, cuando el país y la opinión pública nacional saben, que los mismos Diputados, tendrán próximamente en sus manos, otros nombramientos de igual o superior importancia y todos ellos trascendentales para el futuro del país.
Digamos que su primera actuación entonces carece de equilibrios por discriminatoria y una clara ausencia de paridad de género. Sin que en la preocupación de éste ciudadano exista un solo viso de machismo a la usanza del siglo IX.
Sin embargo, debe de señalarse con toda claridad que el país viene de dos períodos de diferentes ejercicios en la Defensoría de los Habitantes, desempeñados ambos por mujeres, que dicho con respeto, pero con franqueza, quienes no aportaron todo lo que hubiésemos querido para la Defensoría, ni para el país en sus gestiones y una de ellas debió presentar su renuncia antes de la culminación del período, por razones que ya registraron los medios de comunicación en su momento y no es del caso referiremos.
Siendo esa la situación, ahora nuevamente, se recomiendan en la terna a tres mujeres excluyendo de ella a los masculinos, aún cuando tenemos conocimiento fundado de que, había candidatos varones muy buenos e incluso excelentes, con opción, no solo por razones de experiencia y méritos propios, sino por peso, prestigio y carreras públicas gratificantes y exitosas.
Pareciera ser entonces que privó en la elección un fuerte dejo de entendimiento conveniente para escoger a unas y eliminar a otros, y sobre todo si se revisan las distintas opciones con prudencia.
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