Discursos de odio y discriminación, personas con discapacidad

Los discursos de odio y discriminación afectan a todas las personas incluso a quienes conllevamos alguna discapacidad.

Recordemos que los discursos de odio son mensajes que ofenden y causan daño a alguien por su etnia, edad, lugar de nacimiento, creencias y hasta por su condición de discapacidad.

Cuando alguien le dice a otra persona que es un “mongolito o un retrasado” está generando daño y discriminación que afecta a muchas familias en Costa Rica que conviven con una persona con Síndrome de Down o una discapacidad intelectual.

Cuando vamos a un estadio o comentamos por redes sociales que el árbitro no pitó un penal y que es un ciego, estamos restándole valor a las personas no videntes.

Y cuando contamos un chiste utilizando términos como “tartamudo” para referir una burla a alguien, estamos dañando también a otras personas.

Todas estas expresiones contribuyen a la discriminación hacia la personas con discapacidad.

Esa misma discriminación es la que generay justifica que más del 60% de las personas con discapacidad no logren conseguir un trabajo y tengan dificultades para llevar el sustento a sus hogares.

¿Y si fuésemos nosotros o alguien de nuestra familia quienes sufriéramos una discapacidad? No sería para nada agradable, ser el chiste o la burla de los demás, ¿cierto?

La discapacidad no es un “problema” de las personas, es más bien una condición generada por las barreras en el entorno, como la falta de rampas, de interpretación en lenguaje de señas, de materiales accesibles, esos son los aspectos que generan una limitación.

La buena noticia es que usted y yo podemos cambiar esta realidad. Podemos dejar de contar esos chistes, de utilizar esos términos ofensivos y podemos empezar a tratar a las y los demás como iguales, reconocer sus potencialidades y apoyar sus derechos.

En un próximo programa seguiremos conversando y dándole más ideas de como luchar contra el odio y la discriminación. Únase a Naciones Unidas y CANARA para lograr una sociedad inclusiva, respetuosa en donde nadie se quede atrás.