Disney y la ley «No digas gay»
El pasado viernes 22 de abril, el gobernador de Florida, Estados Unidos, Ron DeSantis, firmó un proyecto de ley para retirarle a al parque de juegos Disney su estatus legal especial de autogobierno que llevaba 55 años activo, esto luego de que la empresa se opusiera a la ley conocida como “No digas gay”.
La ley que entrará en vigor en junio de 2023 fue firmada casi que en tiempo récord; el proyecto fue presentado un martes y aprobado el de esa misma semana.
La medida es vista como una represalia a las críticas negativas y oposición por parte de los ejecutivos y algunos trabajadores de Disney a la ley bautizada como “No digas gay”.
Esta controvertida ley que limita las discusiones sobre orientación sexual en las escuelas primarias entró recientemente en vigor en Florida.
El representante Joe Harding, quien propuso la legislación, la llamó la Ley para el derecho de los padres en la educación. Hace unas semanas Fue aprobada por 22 a favor y 17 en contra, con el apoyo mayoritario de la bancada del Partido Republicano, que domina tanto el Senado como la Cámara de Representantes de Florida.
La legislación prohíbe que los maestros hablen sobre la identidad de género y la orientación sexual entre los grados de preescolar y tercero.
El documento establece que luego del tercer grado, ambos asuntos deben ser abordados de forma «apropiada para la edad».
Esta última frase fue descrita por los demócratas como «vaga» y demasiado amplia, pero los republicanos se defendieron al indicar que no se impide a los maestros contestar preguntas, sino «planificar lecciones» sobre el tema.
La medida también permite a los padres demandar a las escuelas si entienden que sus hijos recibieron clases «inapropiadas». Además, no solo cubre los salones de estudio, también se extiende a servicios de consejería escolar.
En Florida se encuentran cuatro parques temáticos de Disney y desde hace años, la compañía ha buscado tener una posición más abierta sobre algunos temas controversiales, entre ellos, la orientación sexual de las personas.
Al oponerse a la legislación No Digas Gay, el gigante del entretenimiento se ganó perder su estatus, por lo que deberá pagar más impuestos, y perdió sus potestades de aprobar códigos de construcción y controlar los servicios públicos dentro de su territorio.
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