Eclipse con sabor a disgusto, engaño y estafa
La naturaleza majestuosa y generosa concede sin distingos, en forma inclusiva y sin costo alguno para la humanidad, fenómenos maravillosos de toda índole, como el eclipse, concretamente el evento celestial suscitado en días pasados.
La expectativa, el interés y la ilusión de la población por disfrutarlo, no se hizo esperar. Miles de personas por no decir todos los costarricenses y extranjeros que nos visitaban, invirtieron, se prepararon y algunos hasta se trasladaron a diferentes lugares, con el único objetivo de observar mejor un fenómeno que se presenta en lapsos de tiempo distantes, como el eclipse del pasado sábado 14 de octubre del 2023.
Es inaudito, lamentable y preocupante, más aún, vergonzoso que la apatía el descuido y la desidia de algunas autoridades y algunas permisivas leyes, sirvan de plataforma y hasta de trampolín para engañar, burlarse y estafar, no sólo al consumidor turístico nacional sino también al turista extranjero, unos y otros con ilusión invierten su dinero para disfrutar del evento celestial, sin esperar ser estafados.
Para que se entienda en buen español, sí prácticamente existe licencia para delinquir, me explico; resulta que, si el objeto o monto económico sustraído ilegalmente mediante cualquier engaño, estafa, robo o hurto es menor a un determinado monto, ese acto, al anteponer la denuncia, se tipifica como delito, pero no siempre será castigado por la justicia.
En buen español, con tristeza hay que entender que, algunas leyes en Costa Rica, facilitan el delinquir hasta cierto monto, sin pena alguna para el malhechor y en perjuicio del ciudadano. Un ejemplo de esto es la publicidad engañosa por diferentes medios, incluyendo las páginas en redes sociales, que anuncian hospedajes para turistas y cuando estos llegan para instalarse, total decepción.
A raíz del eclipse pasado, fui testigo de la estafa a turistas nacionales y extranjeros por la ambivalencia engañosa de algunas páginas en las redes sociales, en las que se cobra el pago por adelantado; ofrecen paquetes completos y de calidad. Esto no pocas veces resulta ser una falacia, pues los paquetes ofrecidos son incompletos y nada de calidad en el servicio.
El cliente al manifestar su inconformidad a quienes los atienden en el lugar, estos le ofrecen dos alternativas; toma lo que se le ofrece, o se retira sin la devolución del dinero, y vaya a reclamar el dinero a la página, que por lo general radica en un país europeo. Esto aunado al irrespeto, prepotencia y cinismo de quien representa a la empresa que recibió el dinero, y a esto agregar que nunca entregaron una factura ni recibo por el dinero recibido.
Vemos los grandes esfuerzos de CANATUR y el ICT, para promover el turismo, abogando por mejorar las condiciones del sector turístico. Pero cuando se presentan esas anomalías, atropellos y estafas por parte de algunos deshonestos, que enlodan el buen nombre de Costa Rica y el de las empresas honestas, todo el esfuerzo de promoción casi que se anula.
Hago un respetuoso pero vehemente llamado al Ministerio de Economía y Comercio, a la Oficina de la Defensa al Consumidor, a la Defensoría de los Habitantes y al ICT, para que de oficio investiguen y eliminen la publicidad engañosa en las páginas de las redes sociales y en otros medios de publicidad, para de esta forma proteger a los confiados consumidores.
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