El barco de Teseo
Hoy nos vamos a adentrar en el complejo mundo de la filosofía para ver si todos nos ponemos a pensar un poco más de la cuenta, sin que se nos quiebre el coco.
Así es, vamos a conversar sobre el mito llamado: El Barco de Teseo, que trata sobre la identidad.
La historia dice que los atenienses conservaron el barco en el que Teseo y sus amigos regresaron a Atenas después de sus aventuras. Cada cierto tiempo se hacía necesario reemplazar una de las piezas del barco por otra. Después de cien años, el barco no tenía ninguna de sus piezas originales porque todas habían sido sustituidas. La pregunta era, entonces, si el barco de Teseo seguía siendo el mismo o si se trataba de un barco distinto.
El problema de la identidad, que la leyenda del barco de Teseo ilustra, fascinó a los primeros filósofos. Si una cosa se altera con el tiempo, ¿puede seguir siendo la misma?, ¿o se trata, más bien, de otra cosa distinta?
Heráclito contestó que las cosas están en constante cambio y no son iguales nunca. Ël es el autor de la conocida frase: “Nadie se baña dos veces en un mismo río,” porque ni uno ni el río son los mismos.
Por su parte, Parménides pensaba muy diferente, que las cosas no cambian. Las cosas son inmutables, porque todo lo que es no puede no ser.
Platón resolvió el problema. Ni Heráclito ni Parménides tenían razón. Lo que ocurre, dijo, es que existen dos mundos. Hay un mundo abstracto donde residen las ideas. Un mundo perfecto que no está sujeto a cambios físicos. Y hay otro que es el mundo de los sentidos. Un mundo que es solo un reflejo imperfecto de las ideas y que está sujeto a cambios físicos.
Esto lo podemos llevar a un plano más cercano, como el de nosotros mismos. ¿Somos las mismas personas por toda nuestra vida, solo porque nos llamamos, Ronny o Liz desde que nacimos?
¿Cómo influyen los cambios que experimentamos durante toda nuestra vida en nuestra identidad y en nuestra esencia?
¿Será que el Ronny niño definitivamente no es el mismo que hoy está frente a este micrófono o somos dos seres completamente distintos?
Lo maravilloso de la filosofía es que cada quien tendrá una respuesta, nosotros solo buscamos cumplir con nuestro objetivo que anunciamos al inicio: Ponerlo a pensar.
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