El círculo de la realidad y virtualidad
Una tarde soleada de verano, brisa refrescante y muchas actividades en que invertir el tiempo para socializar presencialmente; diversión y recreación al aire libre en contacto con la naturaleza y los semejantes, mejengas en la plazoleta, el chapuzón en la poza, elevar papalotes, reuniones en el parque, trompos y cromos.
En las tardes de invierno, después de cumplir con las tareas del hogar y el estudio, compartir con amistades y familiares juegos como el gran banco, bingo, incluso corretear sobre los charcos que dejó el chaparrón, luego un jarro de café con pan y galletas de panadería, lo anterior y más, era el disfrute sano de las comunidades.
Con nostalgia surgen, los recuerdos de aquellos instantes vividos en la realidad, como real lo fueron los ríos de aguas cristalinas, nutrias y peces en abundancia, la libertad, tranquilidad y seguridad para transitar por cuidades, bosques y praderas, era real.
La realidad de otrora contrasta con la realidad actual; en el pasado se vivía sin ataduras a un celular, sin temores por la inseguridad ciudadana y la violencia, se caminaba por los bosques naturales, sin necesidad de gafas de realidad virtual, hoy los niños sumergidos en los video juegos colmados de matanza y violencia.
La virtualidad aumentada el bum del momento, redes sociales, la autoridad de los padres sustituida por “hay que negociar con los hijos”, la juventud exige derechos sin asumir responsabilidades, el narco tráfico, la violencia y el irrespeto por la vida se apodera de la sociedad peligrosamente.
En las pantallas la doble moral de algunos noticieros que denuncian la corrupción, la violencia y todo tipo de ilícitos, sin embargo, en las mismas pantallas se transmiten narco novelas, películas de gánster, series eróticas, matanzas, guerras, fraudes y un sin fin de producciones promulgando antivalores.
Luego con asombro los adultos se cuestionan la violencia en las escuelas y colegios, quizás se debe señalar a padres permisivos, también a esos medios encargados de difundir antivalores y a todos quienes desmerecen la autoridad de los padres, bajo el argumento de no provocar traumas a los hijos.
Los profesionales especializados en desarrollar productos basados en la virtualidad aumentada crean universos virtuales unipersonales, el usuario con gafas especiales pierde la noción de la realidad, el tiempo y lugar, se transporta a ambientes ficticios que confunden al cerebro.
Mientras la humanidad avanza en la realidad virtual y los valores se vuelven relativos, se pierde el equilibrio de la naturaleza y es cuando se llega a ese indeseable extremo, cuando empieza el círculo de retorno para recobrar el mundo real y su naturaleza. Dios permita que el círculo se complete.
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