El combate de la violencia esta en cada hogar y en cada aula
Costa Rica ha sufrido otra profunda herida en su corazón. La violencia que todo lo tiñe de sangre; por un pequeño celular, nuestras calles se convierten en lugares inseguros y violentos.
Enfrentar la violencia es, ciertamente, un problema de recursos y estrategias que están en manos de la Seguridad Púbica. Pero hoy se trata de rendir un sentido homenaje a Marco Calzada Valverde, asesinado de manera vil, en horas de la madrugada, hace unos días. Un joven valioso, de valores y virtudes que se nos fue junto a su alegría, un joven que apenas empezaba a vivir, cuando fue brutalmente asesinado. Nuestras más sentidas condolencias y oraciones por sus padres y familiares.
Para detener estos demenciales chorros de sangre, ciertamente necesitamos apoyar y fortalecer el sistema de seguridad nacional, para que ningún hijo, hermana, sobrino, nieto o padre de familia muera de una cuchillada o por una bala. Pero voy a la Costa Rica profunda. Al igual que lo han realizado otras naciones, hay que detectar las heridas profundas de esta democracia, para proponer soluciones y curarlas.
Estamos llenos de organismos, que se ocupan solidariamente de los otros. Pero en este inmenso y millonario esfuerzo, falla en algo muy profundo; no estamos formando personas con criterio para detener la violencia. Y es la familia la que debe sostener este embate nacional, para reconstruir este país por la ruta del respeto a la vida y no el caos, que lleva desangrar por la violencia que sufren nuestros jóvenes en las calles. Basta ya de violencia.
Pero la resurrección nacional, viene del constante y delicado esfuerzo, de los padres de familia por mostrar virtudes a sus hijos. La familia es la institución que forma en solidaridad, es una institución que crea capital humano y social.
El esfuerzo por construir ya una sociedad de sólidos valores, también está en manos de los 85 mil funcionarios del sistema educativo nacional. Ellos y nosotros tenemos que apoyarnos mutuamente, para fortalecer la educación, la formación de una hoja de ruta, de manera que, cada alumno en nuestras aulas escolares, colegiales y universitarias, estén claros en qué significa el respeto a toda vida humana, y que no podemos vivir con el asalto diario y muertes.
Tenemos que estar claros de que la democracia se defiende desde adentro, desde nuestros hogares y nuestras aulas y desde allí se fortalecen las virtudes, y si no sabemos qué hacer, entonces preguntemos a los que sí lo saben. Esta es la hora de los valientes, que sabrán sacar adelante nuestro país, es la hora de que lo mejor de nuestros valores, salgan a la calle y logremos enderezar este país en paz.
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