El cuento fantástico de los combustibles fósiles
Como si fuera un tema zombie que se niega a morir, hoy, otra vez, la exploración y explotación de hidrocarburos en Costa Rica vuelve a surgir. Lo traen a la mesa de nuevo los mismos agentes que desean colocar a los combustibles fósiles como la solución mágica al desempleo y la recaudación fiscal.
Hoy, en la era de expansión de energías limpias, en un mundo tan diferente al de hace más de 30 años, cuando se comenzó a discutir la exploración de gas y petróleo en Costa Rica, se vende la idea de apostarle al gas natural como un combustible de transición.
Imaginemos el escenario donde Costa Rica decide concesionar la explotación de gas natural, bajo esa realidad, como país, debemos asegurarle a la empresa concesionaria un ingreso económico o un volumen de extracción mínimo. Y es ahí donde se hace latente el peligro de caer en realidades como la que atraviesa Perú, una nación que a principios de la década del año 2000 contaban con una matriz energética principalmente basada en generación hidroeléctrica, pero al concesionar la extracción de gas, se han visto en la obligación de garantizar la adquisición de dicho gas a la concesionaria, dado que los costos de extracción y producción que tiene la empresa no le permitían competir con los precios del mercado, lo que ha hecho que Perú hoy tenga una matriz energética basada 40% en gas natural, aproximadamente.
Los informes de UCCAEP que impulsan el gas natural tienen una base especulativa, se fundamentan en una exploración geológica que encontró en nuestro país condiciones parecidas a las halladas en otras latitudes que poseen gas, y con esa base tan incierta se aventuran a prospectar precios del gas y ganancias.
¿Pero realmente podemos extraer gas a un precio competitivo, en un mercado donde países cuentan ya con industrias establecidas, que han superado la etapa de ser subsidiadas? Aunque la respuesta fuese tal vez, la siguiente pregunta es ¿cuál es el costo de perseguir esta ruta? Ajustado por los riesgos ambientales y costos institucionales, no hay argumento económico que valide la exploración de gas natural como estrategia clara para convertirnos en un país desarrollado.
Costa Rica supo aprovechar el auge de la producción de semiconductores y la boga de la manufactura de los dispositivos biomédicos. La cantidad de dinero e inversión en la descarbonización de la economía global va a generar otra gran oportunidad.
Si vamos a aferrarnos a que Costa Rica es excepcional, seamos excepcionales promoviendo industrias que sean consecuentes con la imagen que hemos logrado posicionar en el mundo y que hoy le genera réditos a nuestro país.
Los comentarios están cerrados.