El cuidado que hay que tener cuando se habla de ciencia
La humanidad ha basado la mayoría de su existencia en fantasías que van desde los dioses del Olimpo hasta los libros que hablan de secretos y fórmulas mágicas para atraer y alcanzar el éxito tan solo con visualizarlo o vibrar cercano a él. Hay que tener mucho cuidado con esas afirmaciones porque al final de cuentas nos desconectan de la realidad y lo único que garantizan es que estaremos siempre confundidos y frustrados, simplemente porque no aplican la ciencia sino la pseudo ciencia.
No es un secreto sino un hecho cierto y constatable que la humanidad ha tenido saltos gigantescos desde que se comenzó a aplicar el método científico, pero tanto los manipuladores de las conciencias, en sus distintas facetas, sean políticas, pseudo religiosas, pseudo científicas o de la nueva era, recurren a los viejos trucos de siempre, para que las personas crean en sus ventas de humo, tal y como, pasaba hace siglos con la alquimia y la astrología.
En tanto que la ciencia busca someter al escrutinio del escepticismo saludable la evidencia, así como refutarla y hasta desvirtuarla, al menos que se logre probar por otros que la afirmación es cierta, la pseudo ciencia afirma algo y luego busca a través de ciertos postulados científicos acomodar la evidencia a las afirmaciones.
Se ha puesto de moda el tergiversar las afirmaciones y postulados científicos de la física cuántica, para crear toda una industria de pseudo científicos, que toman información parcial de la física cuántica y la adecuan para sus fines sin entender realmente qué es, pues, como decía alguien, quien dice entender la física cuántica es porque realmente no la ha entendido. Hablan del poder de la atracción, de leyes secretas, de vibraciones, pero realmente no comprenden la complejidad del universo ni de las leyes básicas de la física newtoniana, esa que se estudia en secundaria y con mucho menos razón podrán entender la compleja física cuántica.
Lo peor de todo es que alguna gente es sorprendida y engañada por estos pseudo científicos y, lejos de aterrizar en la realidad, ingresan a un mundo de fantasía, de emociones y de “teorías” maravillosas, con secretos que como por arte de magia, solucionarían los problemas completos de la humanidad, dejando de lado el hecho de que no existe una fórmula mágica para lograr las cosas.
En consecuencia, debemos ser escépticos saludables y valorar la evidencia, eso sí, como dice un amigo, sin caer en el cinismo de considerar que todo de entrada es mentira.
Ahí yace el arte de saber aplicar el método científico, aceptando los hechos por lo que son, sin importar incluso si van contra nuestras creencias más arraigadas o no y dejar que esos hechos nos guíen hacia la verdad.
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