El lago de la Vergüenza
El lago en el Parque Metropolitano La Sabana, no es ni chicha, ni limonada, no sirve ni de espacio para las especies acuáticas, tampoco de disfrute a los humanos, la evidencia práctica nos dice que es el monumento a la desidia, la incapacidad, el abandono, justo en el pulmón del Área Metropolitana.
Da pena observar el descuido de un icónico lugar de los antepasados; el poco de agua empozada, producto de las exiguas lluvias, es el espejo de la inutilidad de los actuales y pasados administradores, incapaces de gestionar un espacio donde debería manifestarse la vida, la biodiversidad; en su defecto, refleja el rostro anónimo de quienes llegan a medrar en puestos rimbombantes, ayunos de conocimientos, con pocos resultados en la praxis cotidiana.
Hace muchas décadas, desde este espacio de Panorama, abogamos por la transformación del desierto verde en que los políticos convirtieron La Sabana, cuando con premura, luego del cambio de aeropuerto a parque; a la carrera, disparatadamente, sembraron árboles sin ninguna visión, cipreses, eucaliptos, pinos, especies exóticas de rápido crecimiento, donde las aves pasaban de lejos.
Mediante la sinergia público-privada, se emprendió un vigoroso proceso de sustitución por especies nativas, la transformación duró varios años, sembraron árboles con follaje y frutos, capaces de atraer aves, abejas, hoy paulatinamente tenemos un sitio representativo de la flora costarricense.
Si la desidia, impericia, deficiente gestión es lo imperante, es imperativo una vez más que diferentes instituciones den el paso al frente, dueños de grandes condominios con vista al parque, bancos del estado, también los que no lo son, la municipalidad de San José; se debe proponer con urgencia la resurrección, sino de todo el parque, al menos una parte de él, el lago; realmente da pena ajena ver el abandono en el que ha caído el entrañable laguito de la Sabana.
Si los responsables no pueden con la tarea, hay modelos exitosos, distintas personas han formulado propuestas interesantes, algunos las han hecho públicas, opciones para el abastecimiento de agua mediante el aprovechamiento de quebradas aledañas, mantos acuíferos; de seguro, instituciones como las universidades públicas, la de Costa Rica, la Nacional, el Instituto Tecnológico, cuentan con mentes brillantes, capaces de investigar, de formular proyectos sostenibles en el tiempo.
El lago de La Sabana no puede ser más el monumento a la mediocridad, la politiquería, al desinterés, la falta de acuerdos y de humildad para procurar soluciones producto del intelecto, a veces tan alejado de los centros de poder.
El INBIO Parque ubicado en Santo Domingo de Heredia, cerró las puertas al público, en apariencia para siempre; el lago de La Sabana, merece mejor suerte, el padre Manuel Antonio Chapuí, un día se desprendió de esos terrenos para legarlos al pueblo, no permitamos, la desidia, los vuelva arrancar vergonzosamente de las manos.
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