El país urge votantes racionales
Estamos en crisis y sus distintas manifestaciones sirven de caldo de cultivo para el surgimiento de plataformas políticas populistas que recogen el descontento e invierten más esfuerzos en alimentar las disconformidades que en buscar soluciones reales, responsables y viables. Es por ello, que hoy el llamado es a que asumamos nosotros también nuestra cuota de responsabilidad a la hora de ejercer el voto. Haciendo un ejercicio de análisis de propuestas, liderazgos y equilibrios entre la experiencia y la capacidad de actuar con decisión en los momentos difíciles que enfrentamos.
Estamos en buen momento de iniciar este ejercicio. Los partidos empiezan a proponer precandidaturas presidenciales y barajar nombres en los cantones como futuras cartas para las diputaciones. Es ahora donde podemos incidir en el proceso y no solo en febrero, cuando vayamos a las urnas con las papeletas ya armadas.
No seré tan irreverente como para decirle a usted por quién votar, pero si me tomaré la libertad de sugerirle que valore algunos aspectos para su toma de decisiones, tomando como premisa inicial que políticos perfectos no existen. Nada más imperfecto que la política. De hecho, es la ciencia de lo perfectible, de lo mejorable, de hacer lo necesario para que sea posible avanzar a través de procesos de negociación y esfuerzo, para beneficio de las personas.
Le sugiero que valore cualidades básicas de las personas que se postulan: Honestidad, experiencia, preparación, habilidades de diálogo y negociación, fortaleza para no dejarse chantajear por sectores económicos o sociales; claridad en cuanto a la hoja de ruta a seguir para salir adelante. ¿Será capaz de tomar las decisiones necesarias, aunque sean impopulares?
En el análisis de las propuestas y planes de gobierno es fundamental que nos fijemos en los “cómo”, porque todos sabemos lo que el país requiere, pero no todos quienes se postulan saben cómo enfrentar las decisiones. ¿Es viable su propuesta? ¿Cuánto presupuesto le va a asignar a ese tema? ¿Cómo lo piensa financiar? ¿Tiene el equipo de personas capacitadas para hacerlo? ¿Es una ocurrencia que suena bien pero no tiene sustento técnico? ¿Su propuesta viene a desmantelar derechos humanos y conquistas sociales? ¿Puede hacerlo desde el Gobierno o requiere apoyo legislativo?
Por otra parte, es fundamental la transparencia. Apertura con los medios de comunicación sobre cualquier tema por polémico que sea, porque quienes rehúyen a los medios y se esconden detrás de la aceptación de sus incondicionales para que saquen la cara por ellos, no son de fiar para asumir las riendas del país.
Quizás mi decir suene como una quimera pero aun así, respetuosamente, le invito a que analice pros y contras. Haga su propio balance, como un ejercicio de responsabilidad racional. Eso sí, asumamos el compromiso ciudadano de no dejarnos seducir por cantos de sirena, ni por plataformas extremistas y fundamentalistas, las que, al mediano plazo, nos pueden poner en una peor situación que en la que estamos.
Hoy más que nunca, el país urge de votantes racionales. Actuemos responsablemente.
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