El peligro de las fiestas colegiales
Estas de ahora han sido fiestas con perversidad y celebradas en una finca. Para que no haya control. Previo pago a la entrada, les ofrecen licor, drogas, puros de marihuana, hongos alucinógenos y la oportunidad de experiencias sexuales. Invitan a colegiales de 13 a 17 años. Sin duda alguna, saldrán futuros drogadictos. No otra cosa puede esperarse de ese antro de perdición. En consecuencia, los padres de familia deben comprender que el regalo-tesoro de su vida son sus hijos, quienes aún no tienen la madurez necesaria para manejar la responsabilidad personal, ni menos para administrar una libertad ilimitada, como a veces se las conceden sus padres. Esto lo digo porque lo experimenté como director del Instituto de Colaboración y Educación Familiar (ICEF), por el cual pasaron más de 2700 matrimonios.
Antes de ocupar el cargo de director del ICEF, había recibido en México dos cursos universitarios de pedagogía familiar y asistido a dos conferencias, relativas a la familia, de la Unesco, una en Chile y otra
en Guatemala. Lo manifiesto para darle más respaldo a mis palabras. Además, tengo muchos años de defender el valor de la institución familiar y el valor absoluto de la vida, sobre todo muchos años de combatir el crimen del aborto. Desde 1871 es precepto constitucional lo de la inviolabilidad de la vida, consagrada ahora en el artículo 21 de la Constitución Política en vigor ( artículo 21 . La vida humana es inviolable ).
Luchemos día a día sin dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. En este tiempo histórico plagado de una falsa autosuficiencia, amemos más a Dios y al prójimo y dotemos a la familia de una mayor sensibilidad y de una mejor convivencia. Defender la familia es defender el futuro de sus hijos, que siempre merecen lo mejor: el amor y la protección de sus padres. La alegría de vivir se aprende en el hogar, no en el antro de estas fiestas perversas. Es de esperar que los padres lo comprendan, pues el futuro del país pasa por la familia.
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