El perro de Alcibíades

Panorama Digital
Panorama Digital
El perro de Alcibíades
Loading
/

Alcibíades, era un político y militar ateniense del siglo quinto antes de Cristo;  fue una figura brillante, pero también polémica. Se decía que era ambicioso, seductor y, sobre todo, un maestro de la manipulación. Una de sus historias más famosas es la de su perro.

 Se cuenta Alcibíades que poseía un perro de gran tamaño y belleza, del que todos hablaban en Atenas. Un día, sin motivo aparente, el político mandó cortar la cola del animal. Cuando sus amigos le preguntaron qué había sucedido Alcibíades sonrió y respondió que lo había hecho intencionalmente. Sabía que la gente hablaría de la mutilación del perro y, mientras tanto, dejarían de discutir asuntos más importantes y comprometedores sobre él. En otras palabras, desvió la atención pública con un escándalo menor para protegerse de críticas reales.

Esta estrategia sigue vigente en la política y los medios de comunicación de Latinoamérica. Gobiernos, partidos e incluso figuras mediáticas han aprendido que el escándalo, el morbo y la distracción son herramientas poderosas. Cuando surgen problemas graves, por ejemplo de corrupción, crisis económicas o inseguridad, no es raro que de pronto aparezcan noticias llamativas que ocupan el debate público. Puede ser un comentario polémico de un funcionario, un conflicto entre celebridades o incluso una nueva cortina de humo diseñada para dividir la opinión pública y restar atención a lo esencial.

 En sociedades con instituciones débiles y ciudadanos muchas veces desilusionados de la política, estas artimañas resultan efectivas. No solo logran desviar el foco de los problemas reales, sino que también fragmentan a la población en discusiones superficiales. Como en la Atenas de Alcibíades, muchos se entretienen discutiendo sobre “la cola del perro” sin notar que, mientras tanto, se siguen tomando decisiones que afectan el futuro del país.

Ante esto, la única defensa es la conciencia crítica. En tiempos donde la manipulación está a un clic de distancia, debemos preguntarnos: ¿estamos debatiendo lo verdaderamente importante o solo discutiendo sobre la cola de un perro?

_

Los comentarios están cerrados.