Proyecto Irazú un hito en la historia de Costa Rica
El próximo lunes 2 de abril marcará un hito en la historia del país. Ese día un cohete Falcon 9 viajará hacia la Estación Espacial Internacional, y junto a los suministros para los astronautas que viven y trabajan en dicha estación, la nave espacial llevara entre su carga uno de los más extraordinarios productos de la innovación y el talento costarricense: Irazú, el primer satélite centroamericano totalmente elaborado por costarricenses, el cual pocos días después, será puesto en órbita.
Concebido por la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE) hace más de 8 años y construido gracias a la cooperación con el Instituto Tecnológico de Costa Rica, Irazú logró involucrar academia, patrocinadores privados, gobierno y sociedad civil. El pequeño satélite es así la prueba material de la capacidad de los costarricenses, de lograr cosas grandes cuando existe una visión común y voluntad de superación.
Este satélite, representa mucho más que una simple hazaña técnica, y marcará el ingreso del país a un campo reservado de manera exclusiva a las naciones tecnológicamente más avanzadas. Con Irazú, Costa Rica ingresa a la carrera espacial, una carrera que inició en los años cincuenta, cuando las superpotencias de la época se lanzaron a la conquista de nuevos mundos, como una manera de presumir su superioridad ideológica y militar. Hoy mas de sesenta años después, el país ingresa a dicha carrera en un contexto diferente y presumiendo al mundo su mayor fortaleza: la educación de sus jóvenes.
Hoy se puede afirmar de manera enfática que esta generación, de nietos y nietas de humildes labriegos sencillos finalmente se ha convertido en una generación de conquistadores, mas no son estos conquistadores de islas desiertas, buscando con las armas defender una ideología desgastada. Nuestra juventud hoy se aventura a la conquista del cosmos y de mundos lejanos, con las armas del intelecto y en nombre de los mas altos valores de la humanidad.
En pocos días habrá una estrella mas en el firmamento, testigo de la capacidad y talento costarricense, un homenaje tardío pero merecido a la visión de nuestros antepasados y por sobre todo un formidable monumento visible al mundo entero, que marca el lugar que merece ocupar una nación que cambió los cañones por las aulas.
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