El rostro humano del desempleo: El principal problema de los costarricenses.
El pasado 10 de abril, se publicó el Informe de Resultados del Estudio de Opinión Sociopolítica elaborado por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
De este informe se desprende que la mayoría de las personas encuestadas, ubica el desempleo en primer lugar de los problemas del país tal y como, lo señala dicho informe “Si se realiza la comparación con las primeras mediciones del año realizadas desde el 2014, se aprecia cómo el desempleo encabeza las menciones como principal problemática”.
En febrero anterior, año Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), dio a conocer que Costa Rica registró un desempleo de 294 mil personas, lo que representa una tasa del 12% en el último trimestre del 2018, una de las cifras de desempleo más altas en la historia reciente del país en comparación con los anteriores trimestres de la última década.
Y es en este contexto que los resultados de este estudio cobran relevancia al señalar los grupos sociodemográficos como es el caso de Limón y Guanacaste particularmente, se resalta que las personas de la provincia de Limón muestran una preocupación mayor al promedio nacional referente a este problema (39%), seguido de Guanacaste (34%).
Estos resultados aunados a otras investigaciones como la realizada por el Observatorio Económico y Social de la Escuela de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional en el que sobresale la preocupación por el aumento del desempleo juvenil donde la cantidad de jóvenes desempleados solo en el último año aumentó en 44.515 y en donde el incremento de puestos de trabajo en el sector informal está conformado en un 70% por mujeres.
Eso constituyen señales urgentes de alerta, y más que cifras nos retratan una realidad de nuestra sociedad, un flagelo concentrado en mayor proporción en zonas geográficas y en poblaciones vulnerables, ese rostro del desempleo que trae desesperanza, depresión, angustia, ansiedad, no solo a quienes lo sufren sino a todo su entorno familiar, ese rostro que a veces no miramos o que preferimos mirar hacia otro lado.
Esos casi 300 mil rostros que el gobierno y hasta la misma sociedad invisibilizamos y que, día a día, gritan en silencio en, la búsqueda de trabajo, demandan acciones y soluciones concretas, integrales e inmediatas y hasta que esto no ocurra, el rostro del desempleo en nuestro país será el rostro de una injusta desigualdad.
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