El valor del voto
Costa Rica vive momentos cruciales en su vida democrática; han sido siete años de pésimos gobiernos improvisados, irresponsables, ineficientes y poco honestos, el país no puede ni debe continuar por la misma senda, la economía no aguanta más y un pueblo desempleado menos.
No hubo un derrotero cierto, no hubo un programa de reactivación de la economía y no hubo un programa de mejorar el índice de desempleo ni de reducir la pobreza extrema, en el pasado hubo experiencias similares, pero esta ha sido la peor.
La democracia parte de la base del sistema de partidos políticos, son la esencia del modelo, si hay partidos permanentes, se supone que la improvisación es mínima, si hay partidos democráticos se puede escoger y probar a los mejores, que son los que deben gobernar, si los partidos son programáticos, es más probable que accedan al poder con un plan de vuelo, una hoja de ruta, que nunca la hubo en este gobierno.
Se iniciaron las convenciones de los partidos para elegir a su candidato y remozar las organizaciones distritales; no podemos tantear más, no podemos pensar en el futuro voto protesta contra el desgobierno, como electores debemos escoger a los más preparados para el cargo, con más experiencia real, con honestidad intachable, con visión práctica, de conjunto, con los pies en la tierra, con un sentido de las prioridades y sobre todo con el carácter de urgencia, más que coleccionista de títulos, lideres mesiánicos, que quieran resolver los problemas del planeta.
El país está urgido de patriotas, de estadistas, no que administren para cuatro años sino que gobiernen para hoy, mañana y el futuro inmediato. Hay que reconstruir el país.Según algunos enciclopedistas, Voltaire, Montesquieu, Delambert, la democracia es demasiado perfecta para los hombres, que es un sistema para los ángeles, pero los hombres somos perfectibles y el sistema también.
Es hora de convertir la política, la elección, el voto en una decisión razonada, es hora de decir basta a las emociones del momento, de sentimentalismos amistosos, de las glorias del pasado, es hora de dar paso a los mejores, a la capacidad, a la experiencia, y lo más importante a la honestidad.
Costa Rica está agotada de la inoperancia y la corrupción, del rezago, del retroceso, de la pobreza y de la miseria, es hora de empezar de nuevo, de progresar con espíritu social, es hora de producir más y repartir mejor, es hora de más empleo y justicia social para el mayor número, es hora de decir si al voto racional; libramos hace setenta años una guerra para dar el carácter sagrado al voto, ratifiquemos hoy ese valor trascendental al voto para poder continuar en democracia.
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