Empatía
Hoy más que nunca, la sociedad costarricense experimenta un ambiente convulso, donde la intolerancia generalizada afecta directamente a cada individuo; fenómeno que se denota en la conducción sobre las carreteras, en las relaciones interpersonales fuera y dentro del núcleo familiar.
Los afluentes que nutren este caudaloso río son múltiples, entre ellos inseguridad ciudadana, desempleo, el alto costo de la vida y los vaticinios negativos con respecto al futuro que, vislumbran falta de oportunidades, carencia de asertividad política y la apatía del individuo en mirar con fe y esperanza un futuro mejor.
Una de las virtudes de la humanidad consiste en romper paradigmas y revertir los rumbos equivocados, negativos y tenebrosos, a través de la esperanza, la perseverancia y el mejoramiento continuo. El positivismo, herramienta eficaz para empezar a forjar un futuro promisorio, tarea que le corresponde a cada individuo.
El amanecer representa la mejor oportunidad para construir con esperanza los sueños, sueños que dejan de ser sueños, con sólo ponerles fecha y así convertirlos en metas. La responsabilidad, el compromiso, la fe en Dios y la habilidad de superar los obstáculos, concluirán tarde o temprano con el éxito.
En la interacción humana asertiva impera la tolerancia, el respeto y el amor, al entender que ubicarse en el lugar del otro, enseña a tratar al prójimo como a nosotros nos gustaría que nos traten, enseña amar a tu prójimo como a ti mismo, enseña que una sonrisa es la llave para las buenas relaciones humanas.
Las pinceladas que dibujan el mejor paisaje para nuestra sociedad inician, con sumergir el pincel en la empatía, siendo esta la interacción de comprender los sentimientos y emociones, al intentar experimentar de forma objetiva y racional lo que siente el individuo.
La empatía hace que las personas se ayuden entre sí, está íntimamente ligada con el altruismo, el amor y preocupación por los demás, cuando una persona consigue sentir el sufrimiento de los demás, al ponerse en su lugar, es cuando nace la solidaridad y el inmenso deseo de ayudar y actuar en base a los principios morales.
La persona empática tiene afinidades, capacidad cognitiva y se identifica con otras personas, saber escuchar, entender los problemas y emociones, mediante una actitud positiva que permite establecer una relación saludable que genere alegría y satisfacción, en pro de una mejor convivencia humana.
Hoy más que nunca, nuestra sociedad necesita un alto en el camino, ver el futuro con optimismo, luchar por las metas y una actitud de empatía hacia nuestro prójimo, esta misión del individuo se denomina patriotismo.
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