Entrega, libertad y democracia
No sabemos corresponder a la dicha de haber nacido. La vida está en la humildad de aceptarla y en el señorío de vivirla. Por esto, quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho que se nos ha dado. Y la entrega y la generosidad se desbordan cuando actuamos así, pues la convivencia cobra un tono humano edificante, como lo está necesitando el país.
Por tanto, generalicemos esta toma de conciencia para ser mejores en lo personal y en lo colectivo. No perdamos tiempo en alcanzarla. Es una forma directa de enriquecer la democracia, el quehacer político y la sociedad civil, la cultura, el trabajo, las artes…las cosas se ganan con esfuerzo, con empeño, con lucha.
Doscientos años de vida democrática fortalecen la libertad responsable y templan la voluntad. Solo hace falta alimentar e incrementar la crítica constructiva y la esperanza, no el conformismo. Fomentemos la libertad responsable y frenemos la autosuficiencia, la autonomía personal y la independencia. La vida es un tiempo para entregarse a los seres queridos, servir y querer a la gente. Apoyados en la gracia sobrenatural, utilicemos el tiempo en divinizar la existencia, para ser más humanos y leales y tener humildad de alma.
Es mucho lo que nos falta para ser mejores ciudadanos. No podemos conformarnos con cuanto se diga en las redes sociales, a veces pródigas en falsedades. Sería conveniente y muy acertado no atenerse a la novedad de este medio tecnológico, valioso en sí mismo, pero con frecuencia mal usado.
Quienes somos amigos de la verdad buscamos que las palabras den testimonio de la misma. Esto es una coherencia de la inteligencia con el sentido moral, dirigida a no desvirtuar la realidad.
Mas hay personas que inventan la realidad y le agregan palabras aún más deformantes y difamantes de personas y los hechos. y existe gente que todo lo cree: mentiras y suposiciones. Es preferible no escribir a manipular las palabras.
Los comentarios están cerrados.