¿Es acaso suficiente lo hacemos por esta democracia?
Cuando nos encontramos con pequeños y grandes problemas de carencia de los valores, de falta de ética, en la actividad pública o privada, y lo más delicado, la falta de rectitud de antiguos y actuales funcionarios públicos hay que dar un paso importante.
Es es necesario regresar, a los valores profundos de Costa Rica, que no son otra cosa, que los valores que siempre hemos querido llevar adelante en Costa Rica.
En esta campaña de elecciones municipales, debe esta en primera línea, no solo la obra física, los esfuerzos culturales, sino la ética , el hacer las cosas de manera correcta, en la vida pública y en la vida privada. La virtud ética no tiene fronteras y no se detiene.
La formación de los valores éticos, da inicio en las cosas pequeñas mínimas. El devolver el vuelto, de una encomienda, que se nos pidió pagar, el terminar las cosas bien hechas. Si tenemos que cuidar un enfermo, es importante no dejarlo abandonado. Si tenemos que hacer un gran trabajo de exportaciones, tenemos que vigilar, que todo quede perfecto, pues hacer el trabajo bien hecho, forma parte de nuestra ética personal y nacional.
Pero hay que ir a lo profundo, las municipalidades ,las instituciones educativas, las fuerzas políticas, los sindicatos y los simples ciudadanos, tenemos que regresar al estudio de las ética, de hacer nuestras actividades de manera correcta, para que no seamos más sorprendidos por constantes eventos de corrupción.
No se trata de perseguir a todos con la ley en la mano, sino de fomentar una actitud , un ambiente respeto y de corrección, en la vida nacional para regresar a las verdaderas virtudes ciudadanas.
Los ciudadanos , debemos preguntarle a los futuros candidatos munícipes, y alcaldes, ¿cuál es su programa de enseñanza dela ética?, pues es un esfuerzo que debemos hacer todos, y los municipios y síndicos pueden llevar los mensajes de cambio , de valores de probidad y excelencia, a toda Costa Rica.
Cansan los políticos y los candidatos a políticos, que hablan y hablan y no concretan la importancia de los valores éticos. La falta de estos principios esta desarmando , destruyendo la sociedad costarricense.
Para salvar esta democracia, hemos de regresar a una vida de ética positiva, con ilusión sabiendo que , en cada familia esta el futuro de la corrección social que necesita nuestro país y esto no puede ser letra muerta en la campaña municipal. La ética debe ser motor una Costa Rica renovada.
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