¿Existe un Estado en Costa Rica?

Uso de mascarilla
Panorama Digital
Panorama Digital
¿Existe un Estado en Costa Rica?
Loading
/

La definición más básica de un Estado es la de una organización que ostenta el monopolio de la violencia en un territorio determinado. A la luz de esta premisa y ante el incremento constante de la violencia, los homicidios y el narcotráfico, surge la interrogante sobre si dicha institución está cumpliendo su función en nuestro territorio. En partes del territorio costarricense, no parece ser el Estado quien detenta el poder, sino otras entidades con sus propias reglas, instituciones y jerarquías.

Es común escuchar cómo alguien es asesinado a plena luz del día, leer en el periódico al día siguiente sobre inocentes heridos o muertos por balas perdidas, o incluso ver en videos que circulan en redes sociales a bandas rivales enfrentándose en luchas aparentemente por el control territorial. Incluso ha habido casos de personas circulando armadas por las calles, mostrando quién ejerce la verdadera autoridad en ese barrio.

Sería reduccionista atribuir exclusivamente a la actual administración del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial la responsabilidad de la situación actual del Estado costarricense. Es evidente que el deterioro ha sido progresivo y no repentino, siendo diferentes administraciones las responsables.

El incremento de la violencia, la impunidad, la inseguridad y la percepción negativa de estos aspectos por parte de la ciudadanía, donde el 65% de los costarricenses perciben al país como inseguro, son indicativos de este deterioro, que parece ser regional, con el Estado perdiendo territorio ante el narcotráfico y actividades afines en toda la región, siendo El Salvador la excepción, donde la autoridad es clara, independientemente de la opinión que se tenga sobre el Presidente Bukele.

Relacionado con eso último, es importante destacar la desconfianza mayoritaria de la ciudadanía hacia las instituciones que componen el Estado, evidenciada incluso en la máxima expresión democrática, las elecciones, donde el abstencionismo ha venido ganando terreno en varios períodos.

¿Entonces, si el culpable parece ser el Estado, qué debemos hacer? Quizás la respuesta resida en cuestionar la estructura misma del Estado. Es innegable que su funcionamiento actual está fallando en múltiples aspectos, no solo en materia de seguridad, sino también en salud, infraestructura, educación y otros ámbitos, donde nos conformamos con resultados mediocres.

Un Estado más pequeño y eficiente podría ser una alternativa. Además, es necesario cuestionar la política criminal del Estado y, al menos, analizar objetivamente los más de 50 años de ‘Guerra’ contra las drogas. Podría ser pertinente también considerar un cambio en el sistema de gobierno, quizás pasando de un sistema presidencial a uno parlamentario, o tal vez fortalecer la figura presidencial.

Hay quienes abogan por la eliminación total del Estado, y  es una postura válida. Lo esencial que el debate se lleve a cabo y que como país dejemos de negar la realidad. Es urgente iniciar esta discusión, pues cuando el Estado falla, lo primero que suele desaparecer son las instituciones democráticas y la libertad de cuestionarlas.

Los comentarios están cerrados.