Familias deben enseñar lenguaje educado y cortés

Con mucha tristeza y preocupación se observa un video que se hizo viral en las redes sociales, en el cual unos jóvenes de secundaria de nuestro país realizan una especie de juego imitando un program de televisión en el cual expresan sus quejas o necesidades.
En todas las intervenciones se enfocaron más a insultar o humillar a quienes les hacen sentir mal. Degradaron a profesores, instituciones, al sistema y compañeros con identidad sexual diferente.
Lo más notable en cada queja es la pobreza de lenguaje educado y cortés. Se podía percibir en esta población juvenil, el placer de utilizar las palabras más vulgares y soeces, acompañado de risas y burlas. Lo que tal vez no saben es que esta forma de comunicación genera consecuencias psicológicas en la sociedad.
Ofende a los demás, daña el espíritu, contaminan la mente y el ambiente con pensamientos indecentes, se asocia a la rudeza, falta de elegancia, agresión y frustración.
Se expande tanto en quienes la viven como quienes la presencian. Todos pueden llegar a ser portadores, por eso se dice que se convierte en un circulo vicioso que se potencia en el hogar y fuera de él, dado que la afectación se produce con solo escuchar palabras groseras y gestos vulgares.
Es importante saber que los niños aprenden a comunicarse a través de sus adultos. en la familia y fuera de ella. Es responsabilidad justamente de los adultos entender porque no es bueno usar ni permitir a sus hijos decir groserías.
Mediante el lenguaje, logramos interactuar, establecer y fortalecer todo tipo de relaciones con otros miembros de nuestra especie humana, como fortalecer lazos familiares, amistad, mantener la paz, declarar la guerra o el amor, expresar las emociones, ideas abstractas, insultar y conmover.
Sin duda, la gran influencia que ejerce en los jóvenes el contexto familiar es vital. Las cosas que ellos viven, personas con las que comparten, los modelos que aprenden, los reflejan y reproducen en los otros espacios de interacción en los que se movilizan, exhibiendo todos esos factores en el lenguaje que usan.
Las groserías analizadas desde el cerebro y la psicología indican que no atenuará la activación de los sistemas vinculados con el estrés, al contrario, favorecen mecanismos para luchar o huir de las amenazas. Es la ante sala del bullying. Si la mente y los sentimientos se acostumbran a ser soez, vulgar y grosero, llegar a un golpe y perder la empatía será un camino fácil.
En cambio la cortesía está relacionada con el hecho de tener tacto, de ser modesto y agradable con los demás. Por esto la invitación es a ser educado, amable y cortés.
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