Honestidad, el primer peldaño del bicentenario.
Paso a paso, nos vamos acercando a la fecha del bicentenario de Centroamerica el 15 de setiembre . Es el inicio, de varios acontecimientos, que dieron fundamento a nuestra República. Con lentitud, unas veces, con ningún medio otras, pero con esfuerzo gigante, los ciudadanos del inicio de nuestra aventura histórica, fueron forjando, institucionalidad, enfrentando guerras, dificultades pero también construyendo obras civiles, sanitarias y apoyando el desarrollo de las actividades comerciales.
Hay algunos valores que continuaron en el tiempo: La sencillez y sobriedad, la modestia y de alguna manera, el respeto a las leyes. Con el avanzar de los años, este país nuestro entendió que la justicia, la solidaridad y la educación, son las columnas vertebrales para hacer un país mejor.
Sin embargo, cuando el corazón se nos sobrecoge, por la falta de respeto de algunos a las leyes de construcción de obra pública, es cuando no debemos jamás perder la esperanza.
Esta crisis cuando nos acercamos al bicentenario jamás nos puede poner en la vía del retroceso, sino más bien debemos acelerar y reconstruir, los valores propios de esta sociedad, que se han concretado en el pasado y que deben continuarse con esfuerzo, trabajo y esperanza.
Esa es la luz al final del túnel, es el inicio de la sanación de la grave enfermedad de la corrupción, sería el final de un largo esfuerzo por sacar adelante a Costa Rica, de toda adversidad, sería como el agricultor que celebra su cosecha después de del arduo trabajo y agradecido por las lluvias sorpresivas.
El lento caminar hacia el bicentenario, en setiembre, tiene que provocar en nuestros espíritus, en nuestros corazones, la vibración que sintieron nuestros compatriotas en la guerra de 1856 o durante los conflictivos años de dos guerras mundiales.
Ahora nosotros, tenemos que hacer vibrar lo permanente, la garra de nuestros valores, el más importante: la honestidad, de manera que con visión constructiva, podamos explicar, describir, fomentar el valor permanente de esta virtud, dejándola como el mejor regalo para todos los jóvenes y menos jóvenes.
Reforzar la honestidad es el primer peldaño de una nueva Costa Rica, a la cual debemos unir otras virtudes, como el sentido del trabajo bien realizado, la capacidad de dialogo para resolver conflictos y así entre todos mejorar al país, donde la educación, sea río constante de valores, si los sabemos exaltar y fomentar bien.
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