Ileísmo

Muchas personas, incluido yo, queremos pensar de manera más adecuada y aquí encontramos una estrategia, que el parecer ha funcionado desde hace siglos se llama: Ileismo.

En pocas palabras, el ileísmo es la práctica de hablar de uno mismo en tercera persona, en lugar de en primera persona.

Tal vez uno de los mejores ejemplos los podemos encontrar en los políticos que suelen utilizar ese recurso retórico para tratar de darle a sus palabras un aire de objetividad.

Este pequeño cambio lingüístico parece tener la intención de hacer que la declaración se sienta un poco más como un hecho histórico, registrado por un observador imparcial.

Siguiendo con los ejemplos, en su relato de la Guerra de las Galias, el emperador Julio César escribió «César vengó al público», en lugar de «Yo vengué al público»

Para muchos el ileísmo puede sonar un poco tonto o petulante, e incluso se puede ridiculizar a las personas famosas que eligen hablar de esta manera. Sin embargo, investigaciones psicológicas recientes indican que, en ciertos casos, el ileísmo puede traer algunos beneficios cognitivos reales.

Si estamos tratando de tomar una decisión difícil, hablar de nosotros mismos en tercera persona puede ayudar a neutralizar las emociones que podrían desviar nuestro pensamiento, permitiéndonos encontrar una solución más sabia a nuestro problema.

El problema parece ser que cuando tomamos decisiones personales nos sumergimos demasiado en nuestras emociones, lo que nubla nuestro pensamiento y nos impide poner nuestros problemas en perspectiva.

Al cambiar a la tercera persona, nuestras descripciones de la situación comenzarán a sonar como si estuviéramos hablando de otra persona en lugar de hablar de nosotros mismos. Esa sensación de desapego nos permitiría ver el panorama general, en lugar de quedar atrapados en nuestros propios sentimientos.

Algunos estudios han mostrado que las personas que empleaban el ileísmo para hablar sobre sus problemas muestra una mayor humildad intelectual, aumenta la capacidad para reconocer las perspectivas de los demás y también sube la disposición para llegar a un compromiso.

RONNY o TATIANA: Ronny nunca ha intentado aplicar el ileísmo en su vida, pero le parece interesante.

A Tatiana le parece lo mismo.