Ilusión por el futuro
De un día para otro, abruptamente, la forma de vivir cambió, la libertad no es la misma, los ingresos económicos merman, las oportunidades de progreso se limitan para la mayoría de los costarricenses. Otras élites progresan, ven crecer sus fortunas y disfrutan del poder y la libertad, como se ha visto con grotescos ejemplos.
El futuro según pintan los celajes, auguran malos tiempos para la mayoría de los ciudadanos, donde la clase media desaparece, aumenta la pobreza y la pobreza extrema. El gobierno incapaz de solucionar con equidad la grave situación de las mayorías, atina únicamente a fortalecer el voraz he ineficiente aparato burocrático.
Las ideas frescas, innovadoras y modernas, desaparecen del gobierno, la imaginación no les da más allá, de seguir endeudando al país, sostener privilegios, condonar a los grandes evasores y despedazar la idiosincrasia democrática de Costa Rica, al establecer alianzas con ideologías que atentan contra la paz social.
La pandemia no puede ser usada, como el instrumento para crear terror, aumentar el caos económico ya de por sí catastrófico, incrementar la desigualdad social y desestabilizar el Estado de Derecho que, es el activo más valioso y jamás negociable de los costarricenses, aspecto al igual que la fe en Dios, sagrado.
Ilusión por el futuro, debe ser la misión de los gobernantes para el pueblo, como la letra del Himno Nacional así lo promulga. “¡Noble patria!, tu hermosa bandera expresión de tu vida nos da; bajo el límpido azul de tu cielo blanca y pura descansa la paz”. Mientras crezca la desigualdad, no abra ilusión por el futuro, menos paz.
El derecho sagrado al trabajo ofrece ilusión por el futuro, progreso y dignidad. “En la lucha tenaz, de fecunda labor, que enrojece del hombre la faz; conquistaron tu hijos-labriegos sencillos-eterno prestigio, estima y honor”, El costarricense a través del trabajo honesto, forjó el nombre de Costa Rica como una nación democrática.
La crisis sanitaria es un problema país, no una oportunidad para llevar a Costa Rica por senderos no deseados. “Cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo valiente y viril, la tosca herramienta en armas trocar”. Estimados gobernantes con respeto no crean que el costarricense está domesticado.
El costarricense es educado, inteligente, paciente y lo más importante diligente, ama al país, entiende el Himno Nacional, está anuente a cooperar en resolver la crisis sanitaria, mas no está dispuesto a perder la Costa Rica de los costarricenses, simplemente porque el patriota tiene ilusión por el futuro de Costa Rica.
“Bajo el límpido azul de tu cielo, ¡vivan siempre el trabajo y la paz! “
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