Jóvenes que se cortan e intentan suicidio
En mi experiencia como terapéuta de familia con niños y jóvenes he sentido un triste aumento de condutas autodestructivas. Lesiones de cortes en los brazos, a veces quemaduras con candelas, pellizcos, raspones o similares en partes del cuerpo que no sean muy visibles.
Uno de los temas recurrentes especialmente en jovencitas es la gordura. Creen que son feas e inaceptadas en su entorno social.
Otro tema por el cual se presentan autolesiones e ideas suicidas ha sido de jóvenes de muy corta edad, que nacen con un sexo al que odian y se sienten identificados con el sexo contrario. Esto les lleva a confusión, miedo y depresión. Siendo las primeras señales de ser alguien diferente a lo tradicionalmente establecido en la familia y la sociedad, se les genera gran angustia de no poder ser como los demás.
Al respecto, el proceso de aceptación tanto para la persona joven menor de edad como para la familia es lento. Aceptar las nuevas formas de ver y asumir a los hijos requiere información profesional adecuada para el debido cuidado físico y emocional de todo el sistema familiar y madurez de los jóvenes.
El bullying y la agresión familiar por abusos o por negligencia también generan estas autoagresiones.
Circunstancias como esa hace que ellos, a su corta edad, no puedan poner en palabras lo que sienten, sufren a solas. Deplazan el dolor del alma al cuerpo. Se alivian con el dolor de las cortadas. Así sacan la rabia que llevan contra el mundo y contra sí por no poder encajar.
Algunos han llegado al suicidio. No lograron tener la cofianza de contárselo a alguien, prefirieron rendirse.
Lo que toca como sociedad responable es dejar de poner pretextos y darle tiempo de calidad a los hijos. Concerlos, escucharlos, dejar todos de estar pegados en el celular y aterrizar al mundo real de las relaciones.
Quererlos, aceptarlos, guiarlos y acompañarlos.
Más amor y menos internet.
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