La ciencia como luz para poder aprender a aprender
Una de las características más importantes del método científico es cómo este nos enseña que, para poder realizar una conjetura sobre algo, primero debemos ver la evidencia. No podemos generar hipótesis sin los datos suficientes y esto es precisamente la aplicación del método científico.
El pensamiento crítico se genera aplicando en gran medida el método científico. Este no es la piedra mágica para resolver todo, pero sí una herramienta muy útil para comprender de forma importante el medio que nos rodea, pues, cuanto más aprendemos, más cuenta nos damos de lo ignorantes que somos, pero esa ignorancia también es la que nos permite asombrarnos con todo lo nuevo que aprendemos.
La ciencia nos señala que de todo el conocimiento existente, como humanidad actualmente, este no llega ni al 5% del que existe en el universo. Entonces, aún hay mucho espacio para cuestionar, para dudar, pero siempre utilizando los motores del escepticismo y de la imaginación, teniendo los pies bien puestos en la tierra, pero con la capacidad de poder imaginar otras maneras de hacer las cosas.
Sin embargo, algo que nos ayuda a entender un poco de todo lo que existe es precisamente tener en mente que solo sabemos que nada sabemos y que, para saber un poco, tenemos que aceptar nuestra ignorancia y los hechos por lo que son, dejar que estos nos lleven a la verdad y, en palabras de los científicos que escribieron la nueva serie de Cosmos, utilizar los dos motores para nuestro viaje por el aprendizaje y adquirir conocimiento, que son el escepticismo y la imaginación.
Podríamos agregar dentro de esa nave de la imaginación, como le llaman estos científicos, tenemos además un timón mediante el pensamiento crítico y el método científico. Cuando empleamos estas metáforas, se vuelve más fácil y fascinante el aprendizaje, porque todos estamos dispuestos a aprender, pero el sistema nos quita las ganas de aprender.
Por ello es tan importante ser escépticos y cuestionar todo, pero a la vez aceptando las verdades que nuestros cuestionamientos nos revelan, aunque estas puedan ir en contra de nuestras antiguas creencias.
Aprender a aprender, implica desaprender lo aprendido previamente, cuando ese aprendizaje previo es contrario a lo que la evidencia nos revela, independientemente de que estemos de acuerdo o no con la evidencia, porque el pensamiento científico no es caprichoso, sino objetivo.
Empecemos por lo más básico que es la observación y no generemos hipótesis que no vayan de acuerdo con la evidencia, esa es quizás una de las mejores lecciones que se pueden aprender al aplicar la ciencia, como un faro, una luz para aprender a pensar.
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