La Ciencia Del Amor
Para la ciencia el amor es un proceso, es decir, sucede en el cerebro, por lo que el corazón tiene poco que ver con el asunto de enamorarse.
Neurotransmisores como la adrenalina, dopamina, serotonina, oxitocina o vasopresina son fundamentales a la hora de intentar comprender la razón por la que nos enamoramos. Los estudios demuestran que cuando nos enamoramos, los niveles de serotonina se desploman y los centros de recompensa del cerebro se inundan de dopamina. El efecto es similar al de una droga.
Y mucha atención con eso último, ya que investigadores del Centro de Neuroética de la Universidad de Oxford han concluido que tanto el amor, como las drogas inundan el cerebro con dopamina, lo que causa una fuerte sensación de recompensa provocando el círculo vicioso de euforia, deseo, dependencia y abstinencia.
Y esto también es digno de analizarlo, ya que, tras estudiar las reacciones de un centenar de universitarios, un estudio de la Universidad de Wisconsin concluyó que la amistad entre individuos de distinto sexo no es posible al constatar que una de las partes, cuando no las dos, acaba por desarrollar en algún momento un grado distinto de atracción sexual.
Por otra parte Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers en los Estados Unidos estableció las distintas fases del amor: deseo, atracción y cariño para analizar lo que llamamos “amor a primera vista”, que también pasa en el cerebro.
La primera fase del amor, que es el deseo, está guiada por la segregación de hormonas sexuales tanto de hombres como mujeres: estas son los estrógenos y la testosterona. La adrenalina hace que el corazón se acelere, la boca se seque y las manos suden como parte del nerviosismo o la reacción normal del organismo a una situación de estrés. ¿Qué hay más estresante que el amor?
Sí, el amor genera estrés, no todo es tan lindo como lo pintas, pero sobre ese tema, volveremos en otro programa.
Fuente National Geographic. es
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