La educación debe ir en los rieles del éxito
El primer punto del objetivo nacional es y debe ser la educación. Nunca, nunca en todos estos años hemos dejado de lado la importancia del reto educativo para el desarrollo nuestro nacional y para generar mayores niveles de bienestar.
El primer objetivo de las autoridades educativas, los educadores, sus sindicatos y asociaciones interesadas en el tema, es que no podemos dejar que el pesimismo y una visión negativa invada nuestro ambiente educativo.
La realidad es que, en medio de los tormentosos efectos de la pandemia, con sus muertes y el impacto de la educación virtual, hace falta retomar, con fuerza la educación, porque es sencillamente, esta es la sabia vital de la democracia.
Es por ello que tenemos que ser contundentes con la negatividad, no más pesimismo en la educación. La realidad es que aunque los tiempos sean malos, hay hacer los necesarios esfuerzos educativos en más de cuatro mil quinientos centros educativos, que están ubicados, desde Talamanca hasta la costa de la provincia de Guanacaste y desde Punta Burica hasta Tortuguero.
El esfuerzo educativo nacional tanto público como privado, atraviesa todo el país. Aunque existan dificultades en muchas instalaciones, hay que reconocer el aporte silencioso de las escuelas más remotas y el esfuerzo de los docentes nacionales, por educar a nuestros niños y adolescentes.
La capacitación o educación continua de los educadores se debe ofrecer a todos los docentes en todos los niveles; con posibilidades reales de mejora, de superación profesional, de manera que existan en todo el país, modelos educativos que capaciten muy bien a los docentes.
Las naciones de éxito educativo por lo general ponen gran interés en que los docentes sean los primeros lideres del cambio y esto necesariamente pasa por una capacitación docente de mucha calidad. Naciones fuertes en calidad educativa como Portugal, Estonia y Finlandia forman a los mejores estudiantes para que se conviertan en maestros, pues a los niños se les educa para lo mejor.
Necesitamos serenidad, objetividad y calidad educativa, en la enseñanza de los valores, no pirotécnica ideológica. Y esto se evita con una buena capacitación de los educadores..
Costa Rica tiene en las universidades expertos en educación, lo importante es ponernos a trabajar juntos con mucha esperanza y así los cambios requeridos en nuestra educación sí serán posibles. Debemos contar para esto con el apoyo de las familias y del sector privado, con alianzas y esfuerzos público-privado, entre todos podremos sacar adelante esta gran empresa de volver a colocar la educación en los rieles del éxito.
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