La historia de la media naranja

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La historia de la media naranja
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La historia de que todos tenemos una mitad que nada rodando por el mundo no es algo nuevo, tiene siglos.

Todos de alguna manera nos hemos visto influenciados por la historia sobre que necesitamos a una persona que nos complemente, algunos, incluso le han puesto nombre de fruta: nuestra media naranja.

Hoy no nos vamos a poner a debatir sobre si hay que buscar esa media naranja o si somos naranjas completas, sino sobre el origen de esta, digamos tendencia, que ha permeado, la literatura, el cine y desde luego que millones de vidas.

La historia de la mitad que nos hace falta, proviene de un cuento del filósofo griego Platón que dice que el origen, la naturaleza humana era muy diferente a la actual. Había tres de clases seres humanos: los de sexo masculino, los de sexo femenino y los andróginos, que contienen lo que para Platón son los rasgos definitorios del hombre y de la mujer al mismo tiempo.

La historia los describe así:

«Tenían todos los hombres la forma redonda, de manera que el pecho y la espalda eran como una esfera y las costillas circulares, cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras fijas a un cuello orbicular y perfectamente parecidas; una sola cabeza reunía estas dos caras opuestas la una a la otra; cuatro orejas, dos órganos genitales y el resto de la misma proporción».

Los Andróginos eran más fuertes, por lo que tomaron una decisión atrevida: «subir hasta el cielo y combatir contra los dioses». Ante tal acto de rebeldía los dioses decidieron castigarlos.

Y entonces Zeus, el más poderoso de todos los dioses anunció:

GR – «Creo haber encontrado un medio de conservar a los hombres y de tenerlos más reprimidos, y es disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos y así los debilitaré y al mismo tiempo tendremos la ventaja de aumentar el número de los que nos sirvan: andarán derechos sostenidos solamente por dos piernas».

Pero aquí no termina esta historia. Resulta que al dividir a los andróginos, estos empezaron a morir de tristeza por la falta de su otra mitad. Ante esa situación Apolo voló a contarle a Zeus lo que estaba sucediendo y así fue como se inventó “el amor”, para crear la ilusión de volver a encontrarse con su mitad faltante y así volver a ser uno.

Y hasta aquí llegamos con la historia de la mitad que supuestamente nos hace falta y que buscamos incansablemente, a veces con un final feliz y otras veces…

Mejor nos vamos a la pausa.

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