La hora sagrada
Algunos especialistas en neonatología se refieren a los primeros momentos de vida fuera del útero como «la hora sagrada». Pero no son exactamente 60 minutos.
En realidad, con ese término hacen referencia a un tiempo ininterrumpido de contacto directo piel con piel entre el recién nacido desnudo y el pecho descubierto de la madre.
Durante esa «hora» de contacto íntimo, según los expertos, se suceden de manera natural varios comportamientos observables que conducen al bebé hasta su primera toma de leche materna.
Después, hacia el final de esa «hora sagrada», el recién nacido suele quedarse dormido.
Sin embargo, se ha vuelto una práctica frecuente que dé la separación entre el recién nacido y la madre tras el nacimiento y hasta a muchos bebés los envuelven en ropa antes de ponerlos en brazos de la madre o los trasladan a cunas o calentadores.
Según BBC Mundo, está científicamente probado que el contacto piel con piel durante la primera hora de vida aumenta las probabilidades de que se establezca la lactancia materna, tanto en los nacimientos vaginales como por cesárea. También contribuye a que la lactancia dure más y sea exclusiva, una recomendación que la OMS hace para los primeros seis meses de vida.
Además, otros estudios encontraron que el contacto piel con piel durante «la hora sagrada» reduce el estrés del bebé y la ansiedad de la madre y mejora el vínculo entre ambos.
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NOTA COMPLETA:
Algunos especialistas en neonatología se refieren a los primeros momentos de vida fuera del útero como «la hora sagrada». Pero no son exactamente 60 minutos.
En realidad con ese término hacen referencia a un tiempo ininterrumpido de contacto directo piel con piel entre el recién nacido desnudo y el pecho descubierto de la madre.
Durante esa «hora» de contacto íntimo, según los expertos, se suceden de manera natural varios comportamientos observables que conducen al bebé hasta su primera toma de leche materna.
Después, hacia el final de esa «hora sagrada», el recién nacido suele quedarse dormido.
«Es un momento sagrado que en lo posible debería ser honrado, preciado y protegido», dice la doctora Raylene Phillips, de la división de Neonatología del Hospital Universitario Pediátrico de Loma Linda, en California (EE.UU.).
Sin embargo la separación entre el recién nacido y la madre tras el nacimiento es común en las prácticas hospitalarias de occidente: a muchos bebés los envuelven en ropa antes de ponerlos en brazos de la madre o los ponen en cunas o calentadores.
Naturaleza en acción
Idealmente el contacto directo piel con piel debería empezar inmediatamente después del nacimiento y continuar hasta la primera toma de leche materna.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) así lo recomienda en su informe de 2012: «Los recién nacidos que no tienen complicaciones deberían estar en contacto piel con piel con sus madres durante la primera hora después del nacimiento para prevenir la hipotermia y para promover la lactancia materna».
La doctora Phillips sugiere en un estudio de 2013 que los protocolos de los hospitales pueden modificarse para apoyar ese contacto ininterrumpido y directo inmediatamente después del nacimiento, tanto si es vaginal como por cesárea.
Algunos académicos relacionan ese momento «sagrado» con un comportamiento animal: según la neurociencia de los mamíferos ese contacto íntimo inherente al hábitat que es el pecho de la madre «evoca neuro-comportamientos que garantizan la satisfacción de necesidades biológicas básicas», dicen los autores del estudio ‘Contacto temprano de piel con piel para madres con recién nacidos sanos’, de 2012.
Beneficios para madre y niño
Está científicamente probado que el contacto piel con piel durante la primera hora de vida aumenta las probabilidades de que se establezca la lactancia materna, tanto en los nacimientos vaginales como por cesárea. También contribuye a que la lactancia dure más y sea exclusiva, una recomendación que la OMS hace para los primeros seis meses de vida.
Además, otros estudios encontraron que el contacto piel con piel durante «la hora sagrada» reduce el estrés del bebé y la ansiedad de la madre y mejora el vínculo entre ambos.
También contribuye a la estabilidad fisiológica del recién nacido: varias investigaciones mostraron niveles más estables del sistema cardiorrespiratorio y niveles menores de azúcar en la sangre cuando hay contacto piel con piel tras el nacimiento.
Nueve pasos en una hora
La doctora Phillips identifica nueve «comportamientos observables» de los bebés durante esa «hora sagrada» que conducen a la primera toma de leche materna.
1. Llanto de nacimiento: se produce cuando los pulmones del recién nacido se expanden por primera vez.
2. Relajación: en cuanto deja de llorar.
3. Despertar: normalmente a los 3 minutos de nacer. El bebé puede abrir los ojos y mover la boca.
4. Actividad:normalmente empieza a los 8 minutos del nacimiento. Los recién nacidos pueden empezar a mover la cara hacia los lados contra el pecho de la madre, levantar el torso, sacar la lengua y mirar a la madre.
5. Descanso: el bebé puede tener periodos intermitentes de descanso durante la primera hora de vida.
6. Gateo: normalmente empieza a los 35 minutos tras el nacimiento. El bebé se mueve como gateando por el pecho de la madre buscando la mama.
7. Familiarización: normalmente empieza a los 45 minutos tras el nacimiento y dura unos 20 minutos. Durante este tiempo el bebé puede sacar la lengua y lamer el pecho o el pezón de la madre y hacer sonidos.
8. Lactancia: aproximadamente una hora después del nacimiento el recién nacido puede agarrar el pezón con la boca, acoplarse y mamar.
9. Sueño: el bebé y a veces también la madre, pueden caer en un sueño de descanso aproximadamente a la hora y media o dos de nacer.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-40727710
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