La importancia de adelantarse a los signos de los tiempos
¿Debe una empresa esperar a que haya cambios en la demanda por sus productos y servicios para ella reaccionar?, o ¿Puede más bien tener una acción proactiva, que impulse transformaciones sobre la oferta de lo que produce y sobre la demanda de sus consumidores?
Con estas preguntas traigo a discusión si las empresas debemos aguardar a que las personas usuarias nos demanden cambios para responder a estas necesidades y a las condiciones actuales del planeta, entre las que está adaptarnos al cambio climático, o si más bien debemos impulsar y acelerar, desde nuestros propios modelos de negocio, cambios que impulsen el consumo sostenible.
La opción que yo defiendo es la segunda. Estamos contra tiempo; la tierra, los mares y ecosistemas nos demandan una acción diferente, que incluso puede implicar cambios profundos en el modo en que producimos, vendemos y nos hacemos responsables de los residuos de nuestros productos.
Pero, ¿Es ésta una opción realista o estamos hablando de utopías imprácticas ante las realidades del mercado? Quiero pensar que no hay nada más práctico que una visión de cambio combinada con una estrategia concreta de transformaciones.
Ese es el caso de la empresa estadounidense Whole Foods Market, una tienda de comestibles que cuenta con más de 500 locales en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Hace unas semanas presentó su reporte de sostenibilidad, que documenta el trabajo para hacer realidad su visión de convertirse en una fuerza del bien en el sistema alimentario mundial. Destaca las acciones concretas para “combatir el desperdicio de alimentos, reducir la huella de carbono, obtener productos de manera consciente y apoyar el crecimiento y el bienestar de los miembros del equipo”.
Whole Foods Market es el primer supermercado certificado orgánico en Estados Unidos y es, además, un excelente negocio. Desde su fundador, hasta su CEO y demás personas del equipo ejecutivo, se autodefinen como líderes conscientes.
El caso de Whole Foods Market sirve para plantear que Costa Rica puede aprender de una experiencia como ésta. Que no hablamos de utopías, sino de realidades, de una necesidad y una responsabilidad. Ya tenemos en Costa Rica personas al frente de empresas que tienen esta visión, pero necesitamos más líderes empresariales conscientes.
Algunas personas creen que los clientes van a presionar por el cambio. Yo también lo creo, pero pienso, además, que no podemos esperar a que ello ocurra, sino que debemos y podemos anticiparnos, incluso promoverlo.
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