La inseguridad nuevamente a galope
La inseguridad ciudadana otra vez está en el tapete de los temas prioritarios y es que, las muy lamentables muertes violentas acaecidas en los últimos días, han dejado al descubierto que la delincuencia sigue reinando en muchas zonas del país. Lo más lamentable es que, todos los involucrados en estos últimos asesinatos, han sido jóvenes, los asesinos y los asesinados han sido muchachos que incluso, por lo sucedido no han salido de sus hogares. Pues entiendo que han sido las madres las que han llevado a dos de los asesinos a presentarse a las autoridades.
Eso evidencia lo que hemos venido diciendo sobre el tema de la educación y de la formación, especialmente esta última que debe darse en los hogares, a través de la vivencia de valores morales y espirituales.
Deben establecerse límites en el hogar, desde las horas de acostarse y levantarse hasta el uso de la televisión y los medios electrónicos. Estos límites son los que, de alguna manera, asegurarán los comportamientos debidos y admitidos en el entorno social. Estos límites también, facilitarán el proceso de educación en las escuelas y colegios.
Pero, desgraciadamente, ya tenemos mucha delincuencia en las calles a los que ya esos límites y esos procesos educativos no pueden ser aplicados, ahora lo que se requiere es el ejercicio de la autoridad pública. Que los cuerpos policiales sean los que intervengan preventivamente si es posible y si no aplicando la ley con detenciones y enjuiciamientos y lógicamente condenas que los saquen de circulación.
La tecnología debe estar al servicio de los cuerpos policiales y realizar los operativos preventivos necesarios en las “zonas calientes” ya conocidas y ojalá diariamente para ir desterrando esas prácticas delictivas en contra de la ciudadanía.
Es lamentable que tengan que suceder pérdidas humanas y de jóvenes para que se tomen medidas. Ojalá que las sucedidas sean las últimas bajo esas condiciones y que se tomen las acciones policiales necesarias hasta dar con los demás delincuentes que participaron en esos lamentables asesinatos.
Dios quiera que los tribunales de justicia también asuman su rol y dejen de ser tan permisivos ante las detenciones que se dan y dejen encarcelados a los que hayan delinquido independientemente del costo económico que haya tenido como resultado la fechoría. Acciones ejemplarizantes son las que urgen en estos momentos para tratar de disuadir a otros a no cometer esas acciones criminales.
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