La parte dura de la vacunación
Los convencidos de las bondades de la vacuna en la lucha contra el Covid, acudieron masivamente a inocularse, se estima en al menos el 70%, aparentemente un fenómeno mundial, el 30% restante, o se le dificulta el acceso o está reacio, desde los negacionistas, pasando por los alentados por noticias falsas, creyentes de teorías conspirativas, otros por cuestiones religiosas, hasta quienes la sola presencia de la aguja los asusta.
Alcanzar la inmunidad de rebaño, a la que se llega, según expertos, cuando al menos el 80% de las personas hayan recibido las dosis requeridas o en su defecto superado la enfermedad, se ha tornado un verdadero reto, el virus cambia, se habla de nuevas variantes como si se tratara de un mortal juego de gato y ratón.
Costa Rica avanza con éxito en su cometido, hay toda una infraestructura de salud dispuesta en el territorio nacional, existe cultura de vacunación cimentada en viejos esquemas de salubridad pública, precursores de los Equipos Básicos de Atención Primaria, conocidos como EBAIS, trabajadores con enfoque multidisciplinario encargados de la visita domiciliar.
El país históricamente ha tenido experiencias exitosas premiadas en el ámbito internacional, en San Ramón el denominado Hospital sin Paredes, liderado por el extinto médico Juan Guillermo Ortíz Guier, condecorado por la Organización Mundial de la Salud.
En Nicoya se asentaron programas de Medicina Comunitaria, en la denominada Zona Azul, lugares de la geografía terráquea donde la longevidad de los pobladores es sorprendente, es común encontrar centenarios cabalgando por las calles de la pampa.
En esta fase la consigna es: “Si las personas no vienen a vacunarse, vamos a ellas”, nadie conoce mejor a su feligresía que los equipos básicos de atención primaria.
Hay un número nada despreciable de personas que aceptan la vacunación, de hecho, si hubiera sido ingerida, ya la tendrían, simplemente, aunque son adultos le tienen miedo a la inyección, la doctora Olga Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños, desde el principio de la pandemia se ocupó en su conocimiento, destaca el valor de la solidaridad, quienes puedan acompañen a los temerosos.
Los medios televisivos deberían abstenerse de difundir tomas explícitas de la aguja penetrando el músculo, no pocos volvemos la cara, aunque por lo fino de la punta el procedimiento es prácticamente indoloro.
Viene la parte crucial de la colocación de vacunas, el ejercito de servidores en esta noble causa debe al menos ser escuchado, de seguro, saben muchísimo más, que quienes pregonan no introducirán ninguna sustancia dañina en su cuerpo, mientras se dan un atraconazo de bebidas edulcoradas, carbohidratos, grasas saturadas y siguen bien aplanados en el sillón.
Los comentarios están cerrados.