La paz y la concordia como valores supremos
Hemos apreciado la siniestra aparición de la violencia premeditada. Un cabo de dinamita fue lanzado en Casa Presidencial y una bomba Molotov dañó una oficina legislativa.
Nunca la violencia conduce a nada bueno. La violencia polariza y la violencia genera odios y venganzas. Nada bueno surge en las sociedades que toman el camino del odio, la violencia y la muerte. Nada ni medianamente regular.
Quienes usan la violencia ahora buscan forzar al Presidente a hacer de acuerdo a los deseos de esos grupos inconformes. En democracia escogimos gobierno y parlamento y en ellos depositamos el poder de hacer y legislar. Nadie delegó el poder en grupo alterno alguno y no es democrático tratar por la violencia y la fuerza de cambiar lo que las urnas allí han instalado.
Democracia es elegir y si se pierde, aceptar la derrota hasta la siguiente elección.
Respetemos la institucionalidad y el estado de derecho. Quitar la capacidad de administrar al Poder Ejecutivo y de legislar a la Asamblea Legislativa es empeorar toda la crisis que vivimos.
A respetar las leyes, a evitar los distractores sociales, a enfocar la gestión de los poderes públicos en la solución de los grandes problemas comunes. El Gobierno debe de evitar a toda costa seguir empujando temas divisorios en la población y enfocar lo más importante: reactivación económica y mejora del empleo.
Paz y concordia es lo que necesita el país, no pleitos y violencia.
Al instar a todos los costarricenses a abrazar paz, ley, concordia y objetivos comunes de bienestar para las mayorías, recuerdo a todos los beneficios de la convivencia en armonía de los que hemos disfrutado desde que somos una república independiente.
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