La reprochable práctica de los sobreprecios o especulación
Costa Rica sufre la decadencia de los más nobles valores que, en el pasado, eran la piedra angular de una sociedad rica en honestidad, moral, oportunidades, paz, seguridad social, trabajo y solidaridad, tras el crecimiento desmedido de la corrupción, la desidia de algunas autoridades y de una población casi sin reacción para hacer valer sus derechos.
Prácticamente en todo el país, y pareciera ser que a vista y paciencia de algunas instituciones con competencia por ley de proteger a los consumidores, salvo en contadas excepciones, se da la indebida práctica de la especulación, afectando con ella directamente y por igual a todos los consumidores.
Últimamente los distintos medios periodísticos han informado sobreprecios con la lotería y chanches; algunos que sueñan con un golpe de suerte para mejorar su situación socioeconómica, han sido víctimas de vendedores inescrupulosos.
El cinismo, descaro e irrespeto de esos especuladores y revendedores, llega al punto de la burla, ante el descontento y desconcierto de los consumidores que prácticamente se ven obligados a pagar un sobreprecio hasta por un pedacito de lotería.
No es de recibo la tolerancia, ni la impunidad y hasta cierto punto la inacción ante esta sinvergüenzada y forma de corrupción de los sobreprecios por parte de algunos vendedores y revendedores. La impunidad es el peor refuerzo para que una práctica indeseada prosiga y hasta sea imitada por otros.
La solución del problema de los sobreprecios y especulación, no se debería limitar a recomendar a los consumidores que simplemente, “no compren con sobreprecio, ni dejen que les condicionen su compra”, pues esta propuesta no es efectiva para abordar y mucho menos acabar con esta forma de corrupción.
Tampoco es de recibo que algunos funcionarios de las distintas instituciones con competencia por ley de defender a los consumidores, endosen solo al consumidor la obligación de investigar y recopilar la información, para luego plantear denuncias; ciertamente, la información que brinden los consumidores en casos de especulación es importante pero la obligación primariamente debería ser de las oficinas garantes de que el consumidor no sea abusado; esto por medio de protocolos de control y verificación, que reduzcan y hasta cierren las posibilidades a los especuladores.
Un muy respetuoso llamado a las autoridades responsables de proteger a los consumidores para que de oficio tomen acciones objetivas para así evitar, en la medida de lo posible, se facilite la reprochable práctica de la especulación con bienes y servicios, pues esta práctica no solo se da con la venta de lotería y chances, también se presenta con las entradas a partidos de futbol, espectáculos artísticos y hasta con bienes de consumo primario.
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