La seguridad es cosa de todos, también de los empresarios
La seguridad es cosa de todos, también de los empresarios Existe un consenso entre los expertos: el primer nivel de la seguridad depende de nosotros, de nuestras acciones, de la prevención y la preparación. Cada gesto cuenta, y el día a día está lleno de decisiones que si son adecuadas pueden llegar a salvarnos la vida: mirar unos segundos antes de cruzar la calle, usar el cinturón al conducir, evitar nadar en zonas de fuertes corrientes. Las acciones personales pueden influir en la seguridad global. Lo que hacemos puede poner en riesgo a los demás. La responsabilidad muchas veces comienza con nosotros mismos. Esto no excluye de ningún modo la obligación gubernamental de ofrecer a los ciudadanos un entorno de seguridad y protección para vivir en libertad y paz.
Es importante analizar las cosas con calma. Discernir y saber reconocer las diferencias entre percepciones y realidad.
En un contexto postpandemia la mayor parte de los países del mundo están sufriendo un incremento porcentual en el número de delitos tras varios años de disminución debido a las circunstancias excepcionales de confinamiento, restricción de movimientos, problemas de salud pública y limitaciones, en algunos casos, de derechos fundamentales. De ningún modo se trata de minimizar una situación delicada, ni de mirar a otro lado, sino de enfrentar los datos con rigor y aplicar medidas que cambien la tendencia cuanto antes de la forma más inteligente posible.
La responsabilidad va más allá de las medidas personales y las instituciones públicas. La seguridad es cosa de todos, también de los empresarios. No existen soluciones sencillas, pero sin duda no pueden cogerse atajos que pueden herir de muerte al turismo, la principal actividad económica del país, o a la marca país que tanto nos ha costado construir desde hace más de 70 años. Pedir colocar a Costa Rica como un país peligroso con una declaratoria de emergencia nacional de seguridad ciudadana es una grave irresponsabilidad.
El ICT siempre ha tenido presente la seguridad como parte fundamental del turismo, aunque no sea una competencia directa de la Institución. Apoyamos en seguridad turística al Ministerio de Seguridad Pública, a la Cruz Roja en programas de salvavidas, financiamos Delegaciones Policiales en zonas turísticas y hasta campañas de seguridad. La institución lleva años apostando por la promoción, el desarrollo sostenible, la planificación, la cualificación del empleo, la excelencia y también la seguridad. La responsabilidad de todos pasa por trabajar juntos en la misma dirección, sin atajos y con acciones planificadas que redunden a toda la población sin poner en riesgo su bienestar, sus derechos fundamentales ni el futuro del país. Sin destruir todo lo que hemos conseguido ni ofrecer ventaja a otros destinos competidores cuya realidad supera con creces nuestros indicadores de seguridad pública. Como Ministro de Turismo, desaconsejo una declaratoria nacional de emergencia por seguridad ciudadana. Así no se invita a nadie a la casa y nuestra casa es Costa Rica.
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